Reciclar ordenadores usados
En la página 45 de EL PAÍS del 11 de mayo de 1999, bajo el epígrafe de Educación, viene una noticia, fechada en Amsterdam, según la cual existe en Holanda una fundación (SDO) que se ocupa de reciclar ordenadores ya usados, pero todavía útiles, con vistas a ser usados en la enseñanza primaria. También aseguran que la idea está siendo exportada.Pues bien, me permito informarles de que este tipo de actividad también se ha realizado en España, pero por iniciativa puramente individual. En concreto, dos colegios públicos de Granada y algunos otros concertados de Madrid han obtenido la cesión gratuit...
En la página 45 de EL PAÍS del 11 de mayo de 1999, bajo el epígrafe de Educación, viene una noticia, fechada en Amsterdam, según la cual existe en Holanda una fundación (SDO) que se ocupa de reciclar ordenadores ya usados, pero todavía útiles, con vistas a ser usados en la enseñanza primaria. También aseguran que la idea está siendo exportada.Pues bien, me permito informarles de que este tipo de actividad también se ha realizado en España, pero por iniciativa puramente individual. En concreto, dos colegios públicos de Granada y algunos otros concertados de Madrid han obtenido la cesión gratuita por parte del Ministerio de Economía y Hacienda de un cierto número de ordenadores, que han sido revisados, mejorados y entregados en destino por una empresa privada del sector informático, mediante un precio módico, menos de 9.000 pesetas por unidad.
La diferencia con el caso holandés es que los trámites han tenido que realizarlos de forma independiente los directores de cada uno de los colegios implicados, contando con la buena disposición del citado Ministerio de Economía y Hacienda para facilitar que la empresa llegase a buen término. El resultado ha sido alentador: ya funcionan aulas de informática en los colegios mencionados, algunos en lugares algo apartados como puede ser la sierra de Granada.
En fin, lo que se echa en falta es que la Administración competente, el Ministerio de Educación o las consejerías de Educación de los Gobiernos autonómicos, no sólo no promuevan este tipo de iniciativas, sino que incluso las ignoren para después, quizá, caer rendidos de admiración ante la misma idea pero, eso sí, importada de Holanda.-