CORRUPCIÓN EN HACIENDA

De la Rosa sabía desde 1990 que Huguet y De Aguiar tenían cuentas secretas en Suiza

Gran parte de los mil millones de los ex altos cargos venía del financiero

Javier de la Rosa, el hombre que ha estado en el centro de gran parte de los escándalos económicos y de corrupción de la última década, sabía que los dos ex altos cargos de Hacienda José María Huguet, ex jefe de Inspección en Cataluña, y Ernesto de Aguiar, ex director general de Hacienda, poseían sendas cuentas en Suiza desde el mismo momento de su apertura, en agosto de 1990, según diversas fuentes consultadas. De hecho, una gran parte de los mil millones que ingresaron los altos cargos procedía de las propias cuentas que Javier de la Rosa poseía en Suiza.

Varios de los ingresos que re...

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Javier de la Rosa, el hombre que ha estado en el centro de gran parte de los escándalos económicos y de corrupción de la última década, sabía que los dos ex altos cargos de Hacienda José María Huguet, ex jefe de Inspección en Cataluña, y Ernesto de Aguiar, ex director general de Hacienda, poseían sendas cuentas en Suiza desde el mismo momento de su apertura, en agosto de 1990, según diversas fuentes consultadas. De hecho, una gran parte de los mil millones que ingresaron los altos cargos procedía de las propias cuentas que Javier de la Rosa poseía en Suiza.

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Varios de los ingresos que registraron las cuentas en el Banco Paribas de Ginebra de Huguet y De Aguiar entre 1990 y 1992 procedieron precisamente de otras cuentas que De la Rosa controlaba también en Suiza.Tanto Huguet como De Aguiar han asegurado que nunca conocieron personalmente a De la Rosa, actualmente en la prisión barcelonesa de Can Brians. Sin embargo, fuentes consultadas han asegurado que De Aguiar buscó conocer en persona a De la Rosa y le pidió al abogado Juan José Folchi que se lo presentara. Folchi y De Aguiar mantenían una estrecha amistad desde hacía muchos años, que había llevado incluso a que el alto cargo se planteara muy en serio la posibilidad de integrarse en el despacho de Folchi, abogado del Estado, algo que éste llegó a anunciar como cosa hecha a sus compañeros.

En cualquier caso, Folchi organizó a finales de los ochenta un encuentro entre De Aguiar y el entonces adorado De la Rosa. Esta presentación no tuvo carácter oficial, y se celebró en la intimidad del bar Ideal de Barcelona, una conocida coctelería del centro de la ciudad de la que De la Rosa ha sido visitante asiduo durante más de una década.

Para muchas personas es difícil creer que De la Rosa no sacara partido a la delicada información que poseía sobre esos dos altos cargos, el último de los cuales ocupó la máxima responsabilidad de la inspección en Cataluña hasta finales de 1994. De hecho, Huguet recibió más dinero en su cuenta que De Aguiar.

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Una coincidencia, destacada por algunas personas conocedoras de lo ocurrido en esa época, es que Huguet abandonó Hacienda pocos días antes de que De la Rosa ingresara por primera vez en prisión, en octubre de 1994, por su implicación en la descapitalización de Grand Tibidabo. Previamente, en marzo de 1993, Huguet y De Aguiar habían liquidado sus cuentas en Suizas retirando cuantiosas sumas en efectivo. Dos meses antes, en enero, Torras había presentado una querella ante la Audiencia Nacional contra De la Rosa y el abogado Juan José Folchi, entre otros.Entre las transferencias claramente relacionadas con De la Rosa se encuentran dos, por importe de 662.500 dólares (unos setenta millones de pesetas de la época), cada una procedente del Bankers Trust y en nombre de la sociedad Douax Holdings, que recibieron las cuentas de Huguet y De Aguiar el 31 de octubre de 1990 (véase cuadro que acompaña a la información). Como ha quedado acreditado en el juicio del caso Torras en Londres, el Bankers Trust era el centro operativo de De la Rosa en Suiza.

Otro tanto ocurre con las mismas transferencias de apertura de las cuentas de Huguet y De Aguiar en el Banco Paribas por un importe de 1.580.074 ecus (220 millones de pesetas) en el caso del primero y de 1.158.074 ecus (162 millones de pesetas) en el del segundo. Ambas procedían del Lombard Odier suizo, otro de los centros preferidos por Javier de la Rosa.

Las transferencias del 15 de noviembre de 1990 por 137.500 dólares cada una fueron ordenadas por la sociedad Setsar, también controlada por el financiero. Estos ingresos son los que Folchi identificó en Londres como pagos de asesoramiento a De Aguiar -nunca habló de Huguet- y que estos dos consideran que formaba parte de un acuerdo para colocar en Suiza sus beneficios en Bolsa.

Una de las grandes incógnitas del caso es el origen del dinero aportado como depósito inicial en Suiza por Huguet y De Aguiar. Se trata de más de 380 millones de pesetas que, según ellos, eran beneficios procedentes de la inversión bursátil. Sólo beneficios, pues, si se trataba de ocultarlos al fisco, no había ninguna necesidad de enviar allí los ahorros procedentes de sus actividades conocidas y declaradas. Algunas fuentes aseguran que la mayor parte de ese dinero procedía de servicios de asesoramiento cobrados a través de una empresa controlada por Huguet y De Aguiar. Por algún motivo aún desconocido, según esa versión, los dos ex altos cargos decidieron, en el verano de 1990, que el dinero no estaba seguro en la caja de una sociedad en España y plantearon al abogado Folchi que les colocara el dinero fuera y, a cambio, alguien compraría los activos de esa sociedad prestadora de servicios.

Huguet y De Aguiar argumentan que estaban preocupados por tener tanto dinero líquido en España; por ello le plantearon a Folchi que se lo colocara en Suiza a cambio de entregarle a él el metálico. Si eso es cierto, ¿qué hizo Folchi con el dinero?

Patrimonio conocido

Huguet y De Aguiar sostienen que desde el mismo momento en que abrieron sus cuentas en Suiza, en agosto de 1990, comenzaron a repatriar el dinero hacia España, donde lo utilizaron para sus gastos corrientes y para diferentes operaciones de inversión, especialmente inmobiliarias y financieras.Una de esas inversiones fue la compra, en junio de 1992, de unos apartamentos en la localidad leridana de Bohí Taüll. El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Josep Borrell, también compró un apartamento en la misma fecha por un importe de 12,5 millones de pesetas.

Los apartamentos fueron construidos por la sociedad Geminsa, que acabó demandada en los juzgados por La Caixa por impago de un préstamo hipotecario. El administrador de la sociedad, José Pla Linares, es un conocido de Huguet y De Aguiar, ya que varias de las sociedades en las que participa están domiciliadas en la sede de la empresa de asesoría de ambos, en la Rambla de Catalunya de Barcelona. De hecho, De Aguiar es socio de la empresa de Pla por lo menos en un 5% del capital.

Algunas fuentes han sugerido también que Pla podía representar los intereses de Huguet y De Aguiar en algunas operaciones inmobiliarias. Además de eso, Huguet es socio, en un 11% según fuentes próximas a él, en la sociedad explotadora del restaurante Talaya, en el Puerto Olímpico de Barcelona, y posee una vivienda en la Bonanova de Barcelona.

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