Los nuevos escritores se rebelan contra las acusaciones de frivolidad

Las acusaciones de algunos críticos que les reprocharon hacer una literatura descafeinada, frívola, no comprometida, la falta de una ambición de hacer épica, las continuas comparaciones con los escritores del boom les han sentado a los participantes en el I Congreso de Nuevos Narradores Hispanos, que se celebra en Madrid, como una patada en el hígado. Han respondido con ironía, con furia y con seriedad.

"¿Por qué se le exige a un escritor tener las ideas claras de un intelectual ante la crisis de valores que se vive en América Latina, sin olvidar que nuestros países son parte de Occiden...

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Las acusaciones de algunos críticos que les reprocharon hacer una literatura descafeinada, frívola, no comprometida, la falta de una ambición de hacer épica, las continuas comparaciones con los escritores del boom les han sentado a los participantes en el I Congreso de Nuevos Narradores Hispanos, que se celebra en Madrid, como una patada en el hígado. Han respondido con ironía, con furia y con seriedad.

"¿Por qué se le exige a un escritor tener las ideas claras de un intelectual ante la crisis de valores que se vive en América Latina, sin olvidar que nuestros países son parte de Occidente?", se preguntó la escritora peruana Patricia de Souza. "Estamos comprometidos con la realidad, lo que escribimos se nutre de nuestro tiempo". "El escritor es un idiota", afirmó el español Félix Romeo, "cada vez sabemos menos cosas como para encima tener que explicar lo que es el mundo. Antes había grandes figuras centrales, ahora el escritor es un animal mediático, marginal". "No creo que se produzcan frivolidades en nuestros libros, pero el escritor pinta poquísimo, aunque a veces aún sentimos la tentación nefasta de intentar arreglar el mundo. Puede haber un compromiso personal, que tiene que estar al margen de la literatura, pues si lo llevamos a ella hacemos un panfleto". "Este muy simpático animal mediático estuvo en la cárcel por insumisión militar", recordó oportunamente el dramaturgo Antonio del Álamo.El cubano Ronaldo Menéndez explicó que en su país la censura es también un arte. "La censura adquiere la condición de un fantasma y actuamos por intuición". "He aprendido a defender el principio de autonomía en la literatura. Los escritores también hemos aprendido a ser transgresores con las ideologías, irreverentes y subversivos. La política es muy aburrida y los escritores somos pésimos políticos. Nuestro compromiso es con la literatura". Fernando Royuela explicó que durante el congreso se ha hablado de literatura como medio para conseguir un fin y también como entretenimiento. "No es suficiente contar historias, la literatura es el territorio de la imaginación y la libertad. Nosotros analizamos y explicamos nuestra visión del mundo".

El hondureño Roberto Quesada fue drástico: "Si fuera frívolo no escribiría. Intento saber, y lo que no sé lo investigo. Hace años que vivo en Nueva York y publico en inglés libros que he escrito en español. Eso es algo político, ¿no? He dirigido periódicos y siempre he estado muy atento al terrible problema de los inmigrantes ilegales y a los atropellos. Esto no es frívolo, ¿verdad". El colombiano Santiago Gamboa dijo que le parece irrelevante la polémica de si al escritor se le debe exigir o no un compromiso. "Primero tenemos que demostrar la credibilidad de nuestras obras. Y luego yo me inclino por el compromiso ciudadano, no tanto con el político".

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