Desmantelar Vandellós costará 4.800 millones más de lo previsto El CSN exige mediciones periódicas

El coste de desmantelar la central nuclear Vandellós I ha aumentado en 4.800 millones de pesetas, según explicaron ayer los directivos de Enresa, que lo atribuyen a la inflación, la adecuación de mayores medidas de control y protección y a las nuevas condiciones introducidas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que reclama una medición periódica del nivel de actividad existente en el núcleo del reactor.

El desmantelamiento de la nuclear fue decretado a raíz del incendio que se desató en la planta el mes de octubre de 1989. El presupuesto fijado por Enresa -a desembolsar a lo largo...

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El coste de desmantelar la central nuclear Vandellós I ha aumentado en 4.800 millones de pesetas, según explicaron ayer los directivos de Enresa, que lo atribuyen a la inflación, la adecuación de mayores medidas de control y protección y a las nuevas condiciones introducidas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que reclama una medición periódica del nivel de actividad existente en el núcleo del reactor.

El desmantelamiento de la nuclear fue decretado a raíz del incendio que se desató en la planta el mes de octubre de 1989. El presupuesto fijado por Enresa -a desembolsar a lo largo de los próximos cinco años- para el desmantelamiento propiamente dicho, que comprende las partes contaminadas y las convencionales, ha aumentado en un 48% sobre los 10.000 millones calculados en 1993. Se pretende que en el emplazamiento quede únicamente el cajón del reactor preparado para un período de latencia de 30 años, tras los que su nivel de actividad adquirirá cotas aceptables para su supresión final. José Ramón Armada, director del emplazamiento, explicó ayer que el incremento presupuestario se debe a la actualización de los precios (1.620 millones más); a un aumento de otros 1.780 millones en la seguridad y el control; a las condiciones impuestas por el CSN, referidos, por ejemplo, a la necesidad de realizar mediciones de la actividad del núcleo del reactor, o los reajustes necesarios evidenciados una vez la empresa pública que gestiona los residuos radiactivos se hizo con la titularidad de la nuclear, el año pasado.

Desde entonces, Enresa ha procedido a renovar el equipamiento eléctrico, el sistema de ventilación -necesarios en caso de contaminación-, la sala de control o los servicios médicos, además de ubicar un taller de corte que acondiciona los residuos, bien convencionales -no irradiados-, bien radiactivos, para su posterior expedición a vertederos prefijados.

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