El "Monumento a Arriaga" de Bilbao recuperará el diseño original de Durrio

La retirada del Monumento a Juan Crisóstomo de Arriaga del estanque que ocupaba junto a Museo de Bellas Artes de Bilbao puso ayer en marcha la segunda fase de las obras de remodelación del edificio nuevo de la pinacoteca, que estará lista para su reinauguración a finales de año. Después de ser protagonista de una rocambolesca historia, el Monumento a Arriaga, del escultor Francisco Durrio, volverá a mostrar su diseño original. Un mural de 40 metros de largo, pintado por Iñaki García Ergüín, servirá de cerramiento de las obras.

Tras la remodelación del edificio antiguo del museo, ayer ll...

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La retirada del Monumento a Juan Crisóstomo de Arriaga del estanque que ocupaba junto a Museo de Bellas Artes de Bilbao puso ayer en marcha la segunda fase de las obras de remodelación del edificio nuevo de la pinacoteca, que estará lista para su reinauguración a finales de año. Después de ser protagonista de una rocambolesca historia, el Monumento a Arriaga, del escultor Francisco Durrio, volverá a mostrar su diseño original. Un mural de 40 metros de largo, pintado por Iñaki García Ergüín, servirá de cerramiento de las obras.

Tras la remodelación del edificio antiguo del museo, ayer llegó el turno de iniciar las obras de ampliación y reforma interna en el ala moderna de la pinacoteca. Los trabajos comenzaron en el exterior con la retirada del Monumento a Arriaga, que está situado en un lateral del museo, para permitir la excavación de un nuevo sótano. La restauración de la obra de Durrio será pagada por El Corte Inglés, que desde 1990 renueva anualmente con el Museo de Bellas Artes un acuerdo para restaurar una pieza de la colección. A cambio, la empresa patrocinadora utiliza la imagen de la obra como felicitación de Navidad. Inmediatamente después de la firma del convenio, una grúa levantó la pieza de bronce, de más de seis metros de altura, de su base para ser retirada a los talleres de restauración del museo. El artista Francisco Durrio (Valladolid, 1868-París, 1940) ganó el concurso convocado por el Ayuntamiento de Bilbao para erigir un monumento al músico bilbaíno Juan Crisóstomo de Arriaga en conmemoración del primer centenario de su nacimiento. Más que por su trabajo de escultor, Durrio fue conocido por su tarea como ceramista y orfebre, y creador de delicados diseños en plata para joyas, hebillas y broches. Durrio abandonó la realización de la obra y el Ayuntamiento decidió que el proyecto fuera concluido por uno de sus discípulos, Valentín de Dueñas. Hasta 1993, 25 años más tarde de lo previsto, no fue inaugurado el Monumento a Arriaga en el parque de Doña Casilda. Este retraso fue el inicio de una historia de complicaciones que durante décadas impidió mostrar el diseño original de Durrio. El escultor diseño una musa desnuda que, mirando al cielo con gesto dramático, se golpea el pecho con una lira, apenada por la muerte prematura de Arriaga. De las cuerdas de la lira brotaba agua, que se deslizaba por el cuerpo de la mujer. La pose de la musa escandalizó a la sociedad bilbaína de los años 40 y se tomó la decisión de sustituirla por una versión vestida. La escultura original quedó relegada a los almacenes del museo hasta su reposición en el estanque en 1975, aunque las bocas de agua de la lira fueron obstruidas. La restauración permitira que el agua vuelva a fluir sobre la musa.

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