Exceso de correo comercial
El otro día leía asombrado que en una oficina media de Barcelona se consumen 51 kilos de papel por año y por empleado. Esta cifra, que puede parecer muy elevada y lo es, no es ni la mitad de espectacular cuando se compara con otros números mucho más escalofriantes. Por ejemplo, un ciudadano de l"Eixample, en Barcelona, recibe 20 kilos de papel por año en concepto de publicidad en forma de correo comercial. Haciendo cuatro números, esto supone que una familia de tres miembros de dicho barrio consume más papel que el oficinista medio de la ciudad. El hecho de que la mayoría de papel utilizado pa...
El otro día leía asombrado que en una oficina media de Barcelona se consumen 51 kilos de papel por año y por empleado. Esta cifra, que puede parecer muy elevada y lo es, no es ni la mitad de espectacular cuando se compara con otros números mucho más escalofriantes. Por ejemplo, un ciudadano de l"Eixample, en Barcelona, recibe 20 kilos de papel por año en concepto de publicidad en forma de correo comercial. Haciendo cuatro números, esto supone que una familia de tres miembros de dicho barrio consume más papel que el oficinista medio de la ciudad. El hecho de que la mayoría de papel utilizado para la propaganda comercial sea normalmente no reciclable y además el hecho de que se usen tintes tóxicos no hace más que empeorar el problema.Quizá sería el momento de recordar a los ciudadanos que ellos tienen la competencia en la decisión de si desean o no recibir correo comercial, y a nuestros ayuntamientos el hecho de que destinen más fondos a campañas de información para que la gente sepa sus derechos y deberes en materia de medio ambiente. Un simple letrero en nuestro buzón del tipo: "No se admite correo comercial" (muchas veces no respetado, lo digo por experiencia) puede salvar algunos árboles. Como dice el lema ecologista: "Piensa globalmente, actúa localmente".-