Un "ilegal" fallece porque no fue al hospital por miedo a ser descubierto

Un inmigrante marroquí indocumentado, de 20 años de edad, murió hace una semana en Manresa (Barcelona) al no recibir atención médica tras sufrir una subida de los índices de glucosa en sangre. Medios policiales y médicos aseguran que el fallecimiento del joven podría haberse evitado de haber recibido a tiempo una dosis de insulina.Cuando los servicios de urgencia fueron avisados telefónicamente por una voz anónima ya era demasiado tarde: el joven se encontraba inconsciente y semicongelado en un lugar inmundo, y pese a los intentos de reanimación, no se pudo salvar la vida. La policía sospecha ...

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Un inmigrante marroquí indocumentado, de 20 años de edad, murió hace una semana en Manresa (Barcelona) al no recibir atención médica tras sufrir una subida de los índices de glucosa en sangre. Medios policiales y médicos aseguran que el fallecimiento del joven podría haberse evitado de haber recibido a tiempo una dosis de insulina.Cuando los servicios de urgencia fueron avisados telefónicamente por una voz anónima ya era demasiado tarde: el joven se encontraba inconsciente y semicongelado en un lugar inmundo, y pese a los intentos de reanimación, no se pudo salvar la vida. La policía sospecha que la víctima no acudió a los servicios médicos por miedo a que se descubriera su condición de inmigrante sin papeles.

El joven Zourhi Mustafà se refugiaba en un pequeño habitáculo de la calle de la Mel, sin ningún tipo de servicio y mucha humedad. Se calcula que en Manresa viven unos 150 inmigrantes en situación irregular de forma más o menos estable, mientras que los legalizados alcanzan la cifra de 800. Los hospitales y los centros asistenciales de la ciudad aseguran que se presta asistencia sanitaria a los ciudadanos sin permisos de residencia, pero añaden que éstos viven con el temor de la repatriación y acuden al médico sólo en caso de extrema necesidad.

Zoruhi Mustafà, según los médicos, habría sufrido una desestabilización grave de la glucosa en sangre, ya que los valores que le detectaron poco después del fallecimiento así lo indicaban. No se apreciaron otros síntomas que pudieran indicar la causa de la muerte y, además, al cuerpo no se le practicó la autopsia. Seguramente estuvo unas 24 horas en estado grave y sin asistencia antes de fallecer. En el habitáculo donde murió el joven no se encontró ninguna medicación específica para la diabetes. El concejal de Servicios Sociales admitía ayer en declaraciones al periódico Regió 7 que la problemática que este caso ha hecho aflorar en Manresa tiene "difícil solución". El concejal agregaba: "La ley de extranjería obliga a un colectivo de residentes en nuestro país a vivir escondidos".

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