La UE desbloquea la ayuda humanitaria a Rusia en la cumbre con Yeltsin

La tercera cumbre entre la Unión Europea (UE) y Rusia, celebrada ayer en Moscú, concluyó con el reconocimiento por cada una de las partes de que la otra constituye un foco esencial de sus intereses políticos y económicos. Permitió también, aparentemente, resolver el conflicto sobre la ayuda humanitaria de unos 74.000 millones de pesetas concedida por los Quince. Según el presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, el protocolo correspondiente para liberar la ayuda podría ser firmado esta mañana.

El bloqueo de la ayuda resulta singular, ya que se basa en dos exigencias de Moscú: q...

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La tercera cumbre entre la Unión Europea (UE) y Rusia, celebrada ayer en Moscú, concluyó con el reconocimiento por cada una de las partes de que la otra constituye un foco esencial de sus intereses políticos y económicos. Permitió también, aparentemente, resolver el conflicto sobre la ayuda humanitaria de unos 74.000 millones de pesetas concedida por los Quince. Según el presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, el protocolo correspondiente para liberar la ayuda podría ser firmado esta mañana.

El bloqueo de la ayuda resulta singular, ya que se basa en dos exigencias de Moscú: que cada camión que cruce la frontera pague unas 74.000 pesetas en concepto de derechos de aduana y que los alimentos (sobre todo la carne) sean sometidos en Rusia a rigurosos controles para comprobar si se ajustan a las normas sanitarias vigentes en el país. La respuesta de la UE consiste en reservarse el derecho a dar marcha atrás.La próxima cosecha de cereales en Rusia no cubrirá las necesidades de este inmenso país de 147 millones de habitantes. Se quedará a siete millones de toneladas de la cantidad requerida. La Cruz Roja tiene en marcha un programa de emergencia contra el hambre que amenaza a millones de personas. Pero, aunque este fantasma se haya materializado durante el invierno mucho menos de lo que se esperaba, la ayuda de la UE, al igual que la concedida por EEUU, aliviaría la situación. Sin embargo, pese a que el acuerdo se alcanzó en diciembre, aún no ha llegado a Rusia ni un kilo de carne.

Este asunto tapó un tanto la agenda oficial de la cumbre, que tuvo como protagonistas, por parte rusa, al presidente, Borís Yeltsin, y a su primer ministro, Yevgueni Primakov, y por parte europea, a Gerhard Schröder (canciller alemán y presidente de turno de la UE) y al presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer. En el comunicado oficial se considera el desarrollo de las relaciones bilaterales como un factor de estabilidad imprescindible para el Viejo Continente.

Interés político

Santer y Schröder apreciaron algunos progresos en la superación de la crisis económica rusa, pero pidieron una mayor apertura de los mercados. Las importaciones desde la UE (que suponen más de la mitad del total en Rusia) se han situado, como consecuencia del colapso financiero, por debajo del 50% del nivel marcado el pasado agosto.

Para Rusia, además, la UE no es sólo un socio comercial, sino también un foco de interés político con el que desarrollar el concepto de multipolaridad que intenta oponer a la hegemonía estadounidense. "Desgraciadamente, Rusia no es hasta ahora miembro de la UE", afirmó ayer Yeltsin con un tono de voz parecido a la sana envidia. Aunque matizó: "Tenemos un acuerdo de asociación que nos une". La cumbre de ayer será seguida hoy por otra entre Alemania y Rusia. Schröder se ha traído un equipo de asesores y ministros que llevarán probablemente preparado el "no" cortés para la petición de nuevas ayudas financieras germanas que mitiguen la crisis rusa.

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