El tesorero de la Liga contra el Cáncer de Tarragona descubre anomalías en la gestión

Un informe interno desvela la emisión de cheques sin las firmas a que obligan los estatutos

El tesorero de la Liga contra el Cáncer de Tarragona ha descubierto numerosas irregularidades en la gestión contable de la entidad, según un informe interno al que ha tenido acceso este diario. Entre las anomalías figuran el pago de nóminas a directivos que habían sido sustituidos en su cargo, la supuesta malversación de una herencia, la emisión de cheques sin las preceptivas firmas a que obligan los estatutos de la entidad y el encargo de una auditoría a la misma empresa que llevaba la contabilidad. El presupuesto de la entidad para el año pasado fue de 70 millones de pesetas.

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El tesorero de la Liga contra el Cáncer de Tarragona ha descubierto numerosas irregularidades en la gestión contable de la entidad, según un informe interno al que ha tenido acceso este diario. Entre las anomalías figuran el pago de nóminas a directivos que habían sido sustituidos en su cargo, la supuesta malversación de una herencia, la emisión de cheques sin las preceptivas firmas a que obligan los estatutos de la entidad y el encargo de una auditoría a la misma empresa que llevaba la contabilidad. El presupuesto de la entidad para el año pasado fue de 70 millones de pesetas.

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La Liga contra el Cáncer es una entidad sin ánimo de lucro que fue auspiciada por Convergència i Unió como réplica a la Asociación Española Contra el Cáncer. Su primera delegación se creó en Tarragona en 1993 y poco a poco se ha ido extendiendo por el resto de Cataluña. El presidente en Tarragona es Carlos Carcolé, emparentado con el consejero de Sanidad de la Generalitat, el tarraconense Eduard Rius. La entidad se nutre principalmente de las aportaciones de la Administración autonómica y de donaciones particulares. Su sede social se halla en el mismo edificio que la delegación en Tarragona del Departamento de Sanidad de la Generalitat.La dudosa gestión de la entidad se cobró ayer la primera dimisión. La presidenta de la sección del voluntariado, Anna Maria Dalmau, ha enviado una carta a todo el personal colaborador en la que anuncia su cese voluntario. El informe del tesorero, de 14 folios, incluye numerosa documentación que relata las presuntas irregularidades contables. Entre ellas se enumeran las siguientes:

- Contratación de directivos. Cuando el director, Jaume Galceran, dimitió de su cargo, a mediados de junio pasado, siguió cobrando su sueldo, de siete millones de pesetas anuales, sin ejercer tareas directivas. La Liga contrató, sin concurso previo, un nuevo director, el doctor Josep Maria Sabaté. El presidente de la entidad, Carlos Carcolé, le aceptó a éste todas las condiciones económicas, es decir, un sueldo de 13 millones de pesetas anuales y total libertad para dedicarse a sus actividades privadas como docente. El tesorero, en su informe, manifiesta: "Personalmente me opuse a estas condiciones por encontrarlas alejadas de la filosofía de la Liga, pero era una decisión tomada y el consejero delegado aconsejó no dar los detalles al resto de los miembros de la comisión ejecutiva ni a los de la junta para evitar un más que posible escándalo".

Sabaté obtuvo también plenos poderes notariales del presidente, sin la aprobación de la junta directiva de la Liga contra el Cáncer, y abrió otras cuentas bancarias de la entidad a las que traspasó dinero.

- Auditoría interna. El director Josep Maria Sabaté encargó a la firma Faura-Casas la realización de una auditoría de las cuentas de la entidad.

La delegación en Tarragona de esta firma de auditores es la empresa Frisach-Mor, que a la vez llevaba la contabilidad de la Liga por expresa autorización de Sabaté.

- Anomalías en una herencia. La Liga contra el Cáncer recibió una cuantiosa herencia de una acaudalada señora de Riudoms. El director, Josep Maria Sabaté, vendió parte de esta herencia, por ejemplo, un piso de 117 metros cuadrados por ocho millones de pesetas. El abogado de esta señora, en un informe, aprecia algunas irregularidades ya que no se hizo un peritaje de la vivienda ni un inventario de todos los objetos que había en su interior. Así, parte de las joyas, que la señora dejó a una congregación de religiosas de Reus, permanecían depositadas en los locales de la Liga.

- Acta. El tesorero afirma que el presidente otorgó poderes notariales al director con "una falsa certificación de acta de junta".

- Contabilidad dudosa. Algunos de los cheques que emitió la entidad no llevaban las firmas preceptivas que indican los estatutos. En algunos sólo figuraba la del presidente o la del director, que no estaba autorizado para firmarlos. El tesorero afirma en su documentación: "Los comprobantes de los pagos han sido autorizados por la misma persona que después los ha pagado. Se han pagado cheques sin la aprobación preceptiva de los comprobantes y se han realizado pagos que podrían haber comportado la adulteración de documentos y comprobantes". De los 70 millones que la Liga tenía presupuestados para el año pasado, 30 se destinaron al pago de sueldos del personal. Otros 20 se dedicaron a una monumental renovación de la informática y la telefonía, y a una asesoría para nuevos estatutos. De los 70 millones, unos 48 fueron aportados por la Generalitat y 23 procedían de donativos.

- Becas. La Liga convocó una beca de investigación de 1,4 millones de pesetas sin la aprobación de la junta directiva y sin darle publicidad. Se adjudicó a la única persona que se había presentado a la convocatoria. Este diario intentó ayer, infructuosamente, ponerse en contacto con el presidente de la Liga contra el Cáncer en Tarragona, Carlos Carcolé.

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