La OTAN abre a las empresas españolas la totalidad de sus proyectos de inversión en infraestructuras

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) abrió desde el pasado 1 de enero la puerta para que todas las empresas españolas participen en sus proyectos de infraestructura militares y civiles dentro de su Programa de Inversiones en Seguridad (NSIP en inglés). El presupuesto de la Alianza para estos fines en 1999 es de 105.408 millones de pesetas (unos 635 millones de euros), pero, debido a los contratos ya adjudicados antes de finales de 1998, las empresas españolas sólo pueden competir por un total de alrededor de 44.357 millones.Sin embargo, de aquí al 2004, año en que la OTAN inv...

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) abrió desde el pasado 1 de enero la puerta para que todas las empresas españolas participen en sus proyectos de infraestructura militares y civiles dentro de su Programa de Inversiones en Seguridad (NSIP en inglés). El presupuesto de la Alianza para estos fines en 1999 es de 105.408 millones de pesetas (unos 635 millones de euros), pero, debido a los contratos ya adjudicados antes de finales de 1998, las empresas españolas sólo pueden competir por un total de alrededor de 44.357 millones.Sin embargo, de aquí al 2004, año en que la OTAN invertirá 115.200 millones de pesetas, el montante libre de presupuesto no adjudicado aumenta a 93.312 millones, aunque la subida es constante entre 1999 y el 2004.

Hasta el año pasado, las empresas españolas sólo podían participar en proyectos de inversión de la OTAN siempre y cuando el Gobierno español mostrara interés en los mismos. Este es el caso de la estatal Indra, que ha licitado una obra en Turquía gracias a un negociación del Gobierno español con la OTAN, según fuentes del Ministerio de Defensa. Pero hay empresas, como El Corte Inglés (su filial informática) e Isdefe (sistemas de defensa), que ya son proveedores directos de la OTAN. El viejo sistema era de algún modo ventajoso para las empresas españolas, porque participaban en los proyectos que involucraban a España (como el centro de control aéreo de Torrejón de Ardoz o el cuartel general de Retamares, que suponen una inversión en conjunto de 17.348 millones) y ahora están forzadas a competir, aunque la cantidad de obras que pueden cubrir es más amplia. Así lo sigue haciendo hoy Francia, debido a que no está integrada totalmente a la Alianza como España, mientras que los restantes 15 miembros de la OTAN pagan una cuota anual para el presupuesto de la organización y por ello sus empresas nacionales tienen derecho a participar en todos los proyectos de infraestructura de la Alianza en cualquier país miembro. España paga este año cerca de 1.556 millones de cuota y en el 2004 llegará a pagar 3.226 millones porque el presupuesto será mayor. La contribución del Gobierno español es del 3,5% del total, mientras que otros países, como Alemania y EEUU, pagan un 25% cada uno y sus empresas ya están muy afianzadas en este negocio. El proceso para licitar una obra financiada por la OTAN es bastante complicado y toma tiempo, tanto para que el Comité de Infraestructura apruebe el proyecto como para que después lo adjudique. Además, las empresas que deseen participar necesitan previamente una certificación de calidad del Ministerio de Defensa. Hasta el momento, la OTAN ha aprobado 24 proyectos de inversión y hay en lista de espera otros 136. Según Defensa, las empresas españolas pueden competir en todos los sectores y como los proyectos son generalmente muy amplios, pueden participar las grandes empresas y las pequeñas, porque casi siempre se licita en forma de consorcio de empresas. De todos modos, los sectores más apetecibles para las empresas españolas serán los de construcción (Defensa ya ha informado de estos proyectos a sociedades como Ferrovial y Lain), electrónico e informático y de servicios y consultoría financiera. De este último ya hay 600 empresas españolas registradas para una posible participación en las licitaciones.