Matutes pasa a la ofensiva

Abel Matutes ha decidido pasar a la ofensiva en Gibraltar. El último incidente con el pesquero Piraña acabó con la habitual prudencia diplomática del ministro de Asuntos Exteriores, que buscó la cámaras de TVE para enviar su mensaje a las autoridades británicas y, sobre todo, a las del Peñón."No estoy dispuesto a tolerar" que se prolongue esta situación, afirmó en primera persona el hombre que hace más de un año presentó una ambiciosa propuesta al Reino Unido para compartir soberanía sobre el Peñón dentro de un acuerdo de amplia autonomía para la reintegración de la colonia británica a...

Abel Matutes ha decidido pasar a la ofensiva en Gibraltar. El último incidente con el pesquero Piraña acabó con la habitual prudencia diplomática del ministro de Asuntos Exteriores, que buscó la cámaras de TVE para enviar su mensaje a las autoridades británicas y, sobre todo, a las del Peñón."No estoy dispuesto a tolerar" que se prolongue esta situación, afirmó en primera persona el hombre que hace más de un año presentó una ambiciosa propuesta al Reino Unido para compartir soberanía sobre el Peñón dentro de un acuerdo de amplia autonomía para la reintegración de la colonia británica a la soberanía española.

Matutes aseguró ayer que el Gobierno "tiene que reaccionar" y recordó que ha presentado ante la UE un memorándum que recoge las 40 directivas incumplidas por Gibraltar en materias como la transparencia de sociedades económicas o la carga de combustibles.

El Ejecutivo apunta contra la existencia de 53.000 sociedades opacas con residencia en la Roca y que, según Matutes, alimentan la evasión fiscal de España y el lavado del dinero del narcotráfico.

"Para parásito", remachó Matutes, "Gibraltar es un parásito demasiado grande". Madrid quiere que Londres haga cumplir a las autoridades de Gibraltar los acuerdos negociados y acusa a su ministro principal, Peter Caruana, de ser el mayor obstáculo para alcanzar un acuerdo razonable sobre el futuro del Peñón.

A 100 metros del puerto

Un portavoz de la embajada británica se limitó a señalar que el Piraña participó junto a otros dos pesqueros en un incidente en el que calaron redes en aguas prohibidas, a 100 metros de la entrada del puerto; insultaron a la policía y se negaron a abandonarlas cuando fueron requeridos para ello.El mismo portavoz reconoció que en octubre de 1998 se alcanzó un acuerdo informal para volver a la situación que existía a finales de 1997 sobre la pesca. " La situación ha estado tranquila algún tiempo: esperemos que el de anoche fuera un incidente aislado", concluyó.