"Diría no a una inversión que incumpla los requisitos de los parques"

Mauri Lazkano, bilbaíno de 39 años, cuenta con un despacho en Zamudio que es la envidia de cualquiera. La abundancia de maderas nobles, las alfombras, los cuadros y el espacio se justifican en la calidad y la cantidad de visitas que por allí pasan. Este economista de Sarriko, que apuesta por la colaboración con la Universidad, defiende el carácter innovador de los parques tecnológicos. Pregunta. ¿Por qué parques tecnológicos y no polígonos industriales? Respuesta. Cuando se puso en marcha en 1985 quiso ser un espacio para ubicar empresas innovadoras de sectores punteros y para abrir el país ...

Mauri Lazkano, bilbaíno de 39 años, cuenta con un despacho en Zamudio que es la envidia de cualquiera. La abundancia de maderas nobles, las alfombras, los cuadros y el espacio se justifican en la calidad y la cantidad de visitas que por allí pasan. Este economista de Sarriko, que apuesta por la colaboración con la Universidad, defiende el carácter innovador de los parques tecnológicos. Pregunta. ¿Por qué parques tecnológicos y no polígonos industriales? Respuesta. Cuando se puso en marcha en 1985 quiso ser un espacio para ubicar empresas innovadoras de sectores punteros y para abrir el país a la diversificación. P. ¿Estaría dispuesto a recibir a cualquier empresa que llamara a la puerta o se diría que no a una inversión? R. Por supuesto se le diría que no. El parque tecnológico tiene unos requisitos y un listón bien alto. Las empresas no pueden ser contaminantes y se dirige a las empresas que hacen investigación y desarrollo. P. ¿Es rentable tener parques? R. El modelo de parques tecnológicos vascos se asienta sobre la figura de sociedad pública. Por tanto es un modelo que no tiene afán de lucro, sino el efecto del beneficio social que encierra. Esto no quiere decir que los parques no tengan que tener unas cuentas saneadas y cierta rentabilidad. P. ¿Y la autofinanciación? R. Zamudio tiene casi 14 años de experiencia. Ha tenido múltiples inversiones, y ha terminado toda la primera fase, con edificios propios, con la urbanización, las infraestructuras y está abordando la segunda fase que duplica la extensión del parque. Este año entramos en autofinanciación y el año que viene en un umbral de rentabilidad. En los otros dos parques las circunstancias son distintas. Álava es un parque que cuenta con cinco años, que está todavía desarrollando una gran parte de infraestructuras. Donostia se inauguró en 1997. Todavía va a requerir un cierto esfuerzo de los socios, pero al final el modelo es el mismo y tiene que llevar a la autofinanciación. P. ¿Necesitan los parques de alguna empresa que les dé imagen? R. No digo tanto por imagen como por efecto real. Es importante que duda cabe. A las empresas ubicadas en el parque les gusta la buena vecindad, pero el efecto real no es tanto de nombre como de que sea tractora, que tire del parque. Hay empresas que empujan: en Zamudio ITP, Ericsson, Ingelectric, Euskaltel,...; en Vitoria está Gamesa, Guascor o Omron. P. ¿Y en Guipúzcoa? R. En este momento se están desarrollando temas de laboratorios, pero no puedo decir más. P. ¿La competencia entre los parques es sana o complicada? R. No existe la competencia entre los parques. Los parques no salen con la caña de pescar a otros territorios. Lo que intentamos es funcionar en red. P. Si una empresa cumple los requisitos para ir a un parque y está pensando en ir a un polígono industrial, ¿cómo cambiarían su forma de pensar? R. Si es una empresa innovadora ella misma se decantaría por un parque, no nos haría falta ni establecer las diferencias. Puestos en el caso de que quisiéramos ser deseados no es un tema de barato o caro. Todo depende de lo que des y aquí hay unas infraestructuras muy superiores. P. ¿Hay una relación real entre las empresas del parque? R. Hay más cooperación de lo que pensamos y podemos ver; sobre todo entre empresas y centros tecnológicos.