BOMBARDEO EN IRAK

Una insólita reacción crítica en el Capitolio

En la historia de Estados Unidos, muy pocas acciones militares ordenadas por un presidente de Estados Unidos habían despertado tantas críticas en el Congreso como Zorro del Desierto, el ataque desencadenado anoche contra Irak. Su coincidencia con el proceso de impeachment despertó de inmediato las sospechas de numerosos parlamentarios republicanos. Y, rompiendo una tradición norteamericana, lo hicieron saber en el momento mismo en que comenzaba la batalla.Antes de que la Casa Blanca anunciara formalmente su decisión de lanzar el ataque, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Trent Lo...

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En la historia de Estados Unidos, muy pocas acciones militares ordenadas por un presidente de Estados Unidos habían despertado tantas críticas en el Congreso como Zorro del Desierto, el ataque desencadenado anoche contra Irak. Su coincidencia con el proceso de impeachment despertó de inmediato las sospechas de numerosos parlamentarios republicanos. Y, rompiendo una tradición norteamericana, lo hicieron saber en el momento mismo en que comenzaba la batalla.Antes de que la Casa Blanca anunciara formalmente su decisión de lanzar el ataque, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Trent Lott, afirmó que "tanto el calendario elegido como la decisión política son discutibles".

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Lott, un conservador del Estado de Misisipí, agregó: "Aunque miembros del Gobierno me han asegurado que no hay conexión alguna con el proceso sobre el impeachment en la Cámara de Representantes, no puedo apoyar este ataque militar en el Golfo Pérsico en este momento".

Trent Lott recalcó que existe una clara separación entre el Comandante en Jefe y las tropas. "Todos los norteamericanos apoyarán por completo a nuestras tropas que están luchando", agregó.

Tras el anuncio formal del ataque por la Casa Blanca, Lott y el senador ultraconservador del Estado de Carolina del Norte, Jesse Helms, firmaron una carta con otros cuatro senadores que cuestionaba la conveniencia de realizar un ataque con objetivos limitados. La mejor política a seguir, según estos senadores, es llevar a cabo en otro momento un ataque mucho más amplio que podría derrocar definitivamente a Sadam Husein.

Las críticas más apasionadas vinieron del republicano de Tejas, Ron Paul, que hizo la siguiente pregunta: "¿Cuántos soldados norteamericanos y niños iraquíes tienen que morir para que este presidente puede esconderse de la justicia?". Paul no se creyó el argumento del Gobierno de Clinton de que el ataque es necesario para proteger "los intereses nacionales". "Este ataque no protege nuestra seguridad nacional y solo aumenta el peligro potencial para nuestros ciudadanos", dijo.

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El verdugo del presidente en el Comité de Asuntos Judiciales en la Cámara de Representantes, el congresista republicano de Georgia, Bob Barr, también aprovechó la oportunidad para dar otra bofetada política a Clinton.

"El hecho de que este tipo de decisión se produzca en la víspera de la votación sobre el impeachment es altamente sospechoso," señaló. "Cualquier cosa puede ser posible con el Gobierno de este presidente (Clinton)".

Pero el máximo adversario de Clinton durante el debate sobre el procesamiento para su destitución quedó callado ayer. Tom Delay, el republicano de Tejas que ha sido el motor detrás del movimiento en contra de Clinton en la Cámara Baja, no criticó ayer al presidente, aunque había dicho la semana pasada que tendría problemas para creer los argumentos de Clinton en caso de que ordenara un ataque militar, precisamente, durante el proceso de impeachment.

Gerald Solomon, otro enemigo de la Casa Blanca que deja el capitolio este año, no podía evitar la tentación de denunciar ante las cámaras una vez más a Bill Clinton. "Nunca subvalore a un presidente desesperado", dijo. "¿Qué otra opción queda si quiere quitar el impeachment de la primera página del periódico?".

A pesar de la oposición de estos miembros del Congreso, la mayoría de los republicanos se juntaron a los demócratas para expresar su apoyo a la decisión del presidente, como es la costumbre en EEUU mientras se realiza una acción militar de estas características.

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