Cristino de Vera obtiene el Premio Nacional de Artes Plásticas 1998

El artista canario dice que sigue buscando "un poco de belleza"

El pintor Cristino de Vera (Santa Cruz de Tenerife, 1931) obtuvo ayer el Premio Nacional de Artes Plásticas, que otorga el Ministerio de Educación y Cultura. El galardón - dotado con cinco millones de pesetas- le fue concedido "por su trayectoria artística y su aportación al arte español", según el fallo del jurado, que estuvo presidido por el director general de Bellas Artes, Benigno Pendás.

Cristino de Vera, que hoy cumple 67 años, se encontraba ayer en el aeropuerto de Las Palmas cuando conoció la noticia. En los últimos días había visitado Lanzarote y El Hierro para asistir a la cla...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El pintor Cristino de Vera (Santa Cruz de Tenerife, 1931) obtuvo ayer el Premio Nacional de Artes Plásticas, que otorga el Ministerio de Educación y Cultura. El galardón - dotado con cinco millones de pesetas- le fue concedido "por su trayectoria artística y su aportación al arte español", según el fallo del jurado, que estuvo presidido por el director general de Bellas Artes, Benigno Pendás.

Cristino de Vera, que hoy cumple 67 años, se encontraba ayer en el aeropuerto de Las Palmas cuando conoció la noticia. En los últimos días había visitado Lanzarote y El Hierro para asistir a la clausura de la exposición itinerante con la obra-más de medio centenar de óleos y dibujos-que ha donado al Gobierno de Canarias. En marzo de 1996, el Museo Reina Sofía reunió un centenar de sus dibujos, que situó "en el camino de la belleza". "Nunca me han dado un premio en mi vida, ni siquiera en el bachillerato", declaró el artista canario. "Este premio me ha cogido extrañado y se lo agradezco a las personas que consideran mi trabajo. Como tengo este carácter huraño, independiente, mi vida va por un lado y los premios por otro. Nunca he ido detrás de estas cosas. Hay personas que les va el éxito, pero en mi caso es el éxito del silencio".De Vera sigue con el recuerdo de su paso por los lugares canarios, como una forma de volver a su tierra, del orgullo de una dura geografía. "Estas obras de la naturaleza son el reflejo de Dios, si hay Dios. Frente a estas cosas el artista se hace más pequeño y minúsculo, en un trabajo disciplinado contra mí mismo".

El pintor reside en Madrid desde 1951. Su obra se ha centrado en la representación de bodegones, figuras y paisajes. Tras una etapa expresionista, consigue un lenguaje muy personal, sobrio y ascético, con una técnica minuciosa que se traduce en pinturas y dibujos poéticos e intimistas. "Trabajas en una línea y después se va depurando", declaró ayer. "Mi trabajo se une con otras materias, algo de metafísica y filosofía, para intentar explicar la pequeñez del hombre, del ser humano. A la larga todas las artes intentan la búsqueda de un reflejo de algo superior, el dilema de todas las cosas. Mi trabajo es silencioso,intemporal, dada la fugacidad de la vida. Soy discípulo humilde de grandes pensadores y mi pintura tiene ecos espirituales, una realidad trascendida, con la luz, las vibraciones, en donde sigo buscando la esencia de un poco de belleza. El misterio es un consuelo que tiene el hombre y voy detrás de esa línea, que es la esencia de la realidad. No sé si lo he conseguido. Es la belleza y el drama de la profesión de los artistas". En el jurado actuó como secretaria Marina Chinchilla y fueron vocales José Guirao, José Antonio Álvarez Gundín, Marcos Ricardo Barnatán, Fernando Huici, Alvaro Martínez Novillo y Manuel Fernandez-Delgado, director del Museo Ramón Gaya, en representación de Ramón Gaya, premiado en 1997.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En