El presupuesto de Farmacia para 1999 está por debajo del gasto real de hace dos años

La partida destinada a prestaciones farmacéuticas consume casi un 10% de los presupuestos de la Generalitat, pero se queda corta sistemáticamente. La desviación de la partida para Farmacia ronda un 20% anual, pero no se corrige. El presupuesto que la Consejería de Sanidad destina a prestaciones farmacéuticas para 1999 asciende a 103.065.340 millones, la cuarta parte del total. Pero el gasto real en prestaciones farmacéuticas correspondiente a 1997 supera esa cifra en 4.000 millones. Ni la venta de genéricos ni el medicamentazo parecen capaces de detener el desfase.

El desmesurado crecim...

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La partida destinada a prestaciones farmacéuticas consume casi un 10% de los presupuestos de la Generalitat, pero se queda corta sistemáticamente. La desviación de la partida para Farmacia ronda un 20% anual, pero no se corrige. El presupuesto que la Consejería de Sanidad destina a prestaciones farmacéuticas para 1999 asciende a 103.065.340 millones, la cuarta parte del total. Pero el gasto real en prestaciones farmacéuticas correspondiente a 1997 supera esa cifra en 4.000 millones. Ni la venta de genéricos ni el medicamentazo parecen capaces de detener el desfase.

El desmesurado crecimiento de los gastos de la Sanidad pública es uno de los primeros quebraderos de cabeza de todas las administraciones occidentales en las que se ha asentado el denominado estado del bienestar. La Consejería de Sanidad consume más de un tercio del presupuesto de la Generalitat y asciende a 403.000 millones de pesetas. Pero todavía se queda corto. La partida de Farmacia es un caso ejemplar. Joaquín Farnós, responsable de Sanidad, insiste en su calidad de pionero a la hora de implantar la prescripción de medicamentos genéricos por parte de los facultativos del Servicio Valenciano de Salud. Los usuarios reciben una receta que recoge el principio activo que deben consumir sin especificar la marca, que corresponde distribuir a los dispensarios de farmacia. Pero el plante de los farmacéuticos ha dado al traste con las expectativas de Sanidad. Antes de poner en marcha medidas de contención de gasto, en 1996, el presupuesto ascendió a casi 84.000 millones, pero el ejercicio se cerró con una desviación de 15.000 millones. La previsión de gasto para 1997 ya se quedaba corta sobre el gasto real, pero ascendió generosamente por encima del 10% respecto al ejercicio anterior. El gasto de Farmacia se mantuvo prácticamente congelado en los presupuestos de la Generalitat entre 1997 y 1998. La partida apenas subió 1.500 millones desde 94.000 a 95.500. Los responsables de Hacienda fiaban el recorte a las medidas de contención del gasto. Sin embargo, la realidad es tozuda. La partida destinada exclusivamente a prestaciones farmacéuticas correspondiente a 1997 superó los 107.000 millones, según recoge la cuenta general del ejercicio pasado. Total ajustado Si se suman las partidas menores relativas a la subvención de prótesis, la financiación de medicamentos en residencias de la tercera edad o las partidas correspondientes a las prestaciones que ofrece el Hospital General de Valencia a la Seguridad Social, el total del gasto farmacéutico ajustado a 1997 asciende a 118.000 millones, según fuentes parlamentarias. La aplicación del medicamentazo tampoco ha tenido mucho éxito hasta la fecha y ha provocado un cruce de acusaciones entre el máximo responsable de la Sanidad valenciana y los representantes de los tres colegios de farmacéuticos de la Comunidad Valenciana. El decreto que excluye una lista de 834 medicamentos de la financación pública "no ha supuesto un ahorro" en la partida de Farmacia, según los representantes de los farmacéuticos. El ejercicio de 1998 todavía no se ha cerrado, pero está prevista una desviación de un quinto sobre el total. El propio Farnós atribuyó el aumento a la población transeúnte que recibe prestaciones médicas en la Comunidad Valenciana sin ser residente. El consejero de Sanidad se despachó alegando que el aumento de un 20% en el número de turistas había repercutido automáticamente en un aumento del 20% de gasto correspondiente a las subvenciones de productos farmacéuticos, un porcentaje que traducido a pesetas supone un sobregasto que ronda los 19.000 millones de pesetas. Si se confirman las previsiones, los valencianos habrán consumido en medicamentos durante 1998 unos 114.000 millones. Los presupuestos no pueden crecer desmesuradamente y la partida de Farmacia ha ascendido de forma generosa hasta los 103.000 millones en 1999, una subida próxima al 10% pero a todas luces insuficiente si se mantiene la irresistible tendencia registrada durante los últimos años. Uno de los pocos agujeros financieros que se mostraron dispuestos a asumir los últimos reponsables socialistas de la Generalitat cuando dejaron el poder era precisamente el relativo al gasto farmacéutico. El propio Aurelio Martínez, último consejero de Hacienda socialista, llegó a admitir hasta 14.000 millones de deuda sin soporte presupuestario en la partida correspondiente a gastos de Farmacia. Una de las primeras razones que esgrimen los responsables públicos para justificar el inexorable aumento de los gastos de farmacia reside en el fraude que practican los usuarios y en la tendencia a solicitar recetas sin necesidad. Otras razones de fondo responden a problemas estructurales. El interés político por precipitar la transferencia de las competencias sanitarias forzó a los responsables de la Administración autonómica a asumir los costes de las prestaciones sin poder negociar las partidas de forma exhaustiva con el Estado. Transferencias Altas fuentes de la Generalitat admitían recientemente en privado que los presupuestos para Sanidad, Educación y Bienestar Social se quedan cortos sistemáticamente y las transferencias desde la Administración central sólo deben considerarse entre comillas. El sobrecoste de las prestaciones farmacéuticas sobre las cantidades efectivamente presupuestadas desde 1996 ascendería hasta finales de 1998, de confirmarse las pesimistas previsiones de Farnós, a unos 47.000 millones. Las perspectivas para el próximo ejercicio no se presentan mucho más halagüeñas. Si la tendencia de aumento de gasto se mantiene no es descabellado pensar que la factura de Farmacia a finales de ejercicio podría oscilar entre los 115.000 y los 120.000 millones. El agujero que genera el consumo subvencionado de medicamentos se convierte así en un problema estructural de primer orden. Los problemas generados por la factura de Farmacia para las arcas Generalitat se suman a las expectativas de ingreso que mantiene vivas José Luis Olivas ante la Seguridad Social correspondientes al ejercicio de 1996, cuando el responsable de Hacienda generó créditos por valor de 46.000 millones en diversas partidas de Sanidad que el Estado no ha querido asumir hasta la fecha.

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