LA POLÉMICA FINANCIACIÓN DE LA UE

Aznar se enroca en Bruselas

España se arriesga a ser uno de los países más perjudicados por la reforma financiera de la UE

Aunque el aislamiento español es cada vez mayor y ya sólo Portugal y Grecia apoyan siempre la posición española, el Gobierno entiende que le asiste la razón jurídica en defensa de lo que España ha ganado en muchos años de negociaciones a cara de perro.En Bruselas, sin embargo, se teme que esa opción -la preeminencia absoluta de la razón jurídica frente a la realidad política- acarree el riesgo de que al final sean los países de la cohesión los que acaben pagando la factura de las necesidades alemanas a través de un recorte generalizado de los gastos. Cuando hace ya dos años Alemania empezó a ...

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Aunque el aislamiento español es cada vez mayor y ya sólo Portugal y Grecia apoyan siempre la posición española, el Gobierno entiende que le asiste la razón jurídica en defensa de lo que España ha ganado en muchos años de negociaciones a cara de perro.En Bruselas, sin embargo, se teme que esa opción -la preeminencia absoluta de la razón jurídica frente a la realidad política- acarree el riesgo de que al final sean los países de la cohesión los que acaben pagando la factura de las necesidades alemanas a través de un recorte generalizado de los gastos. Cuando hace ya dos años Alemania empezó a exigir una reducción de su contribución al presupuesto de la Unión Europea, muchos quisieron ver una posición electoralista interna. Pero el Gobierno de Bonn ha cambiado y las exigencias se mantienen. Estos dos años no han sido estériles para una Alemania que empezó en solitario y que tiene ahora muchos aliados. Primero obtuvo el apoyo de Suecia, Austria y Holanda, deseosos también de reducir su saldo negativo con la Unión.

Lo que se llamó entonces la banda de los cuatro son ahora 12 apóstoles de la austeridad, conjurados para que el alivio de la carga alemana se realice por la vía de la reducción del gasto global, con especial hincapié en los fondos estructurales. Es una de las peores soluciones para España.

El avance de las posiciones alemanas ha sido por fin detectado en el Gobierno español y el presidente Aznar acudió esta pasada semana a Bruselas. Se reunió con los comisarios, almorzó con ellos y dio una conferencia de prensa ante los medios internacionales.Tan apretada agenda "no ha servido para aclarar las prioridades españolas", lamentan fuentes de la Comisión. "Hemos escuchado a Aznar con gran atención, pero seguimos sin saber lo que quiere España", confesó en privado un comisario nórdico.

Aznar se ha limitado a afirmar que la única base de negociación es el documento oficial de la Comisión Europea y a reiterar que España considera intocables los fondos estructurales. Ni una palabra de comprensión hacia los problemas alemanes. Ni una sola propuesta que permita atisbar una salida al atolladero. Ni un milímetro de flexibilidad en la posición que Madrid ha hecho llegar reiteradas veces a Bonn: "Para España no existe ningún problema alemán".

"Aznar llega tarde", confiesa una alta fuente de la Comisión. "Tenía que haber venido hace un año y medio en lugar de atacarnos con el aceite de oliva y las televisiones", reitera. "Aquí nadie ha olvidado las declaraciones que entonces realizaron Álvarez Cascos, Loyola de Palacio o Arias Salgado", recuerda. "El problema es que el Gobierno español no tiene visión de conjunto", denuncia un funcionario comunitario. "En Madrid nadie piensa en los problemas que tienen los demás, y eso es esencial aquí para obtener resultados. No puedes pensar sólo en defender tus posiciones. Para que los demás comprendan tus problemas tú has de demostrar que comprendes los suyos. Y España todavía no ha admitido que Alemania tiene un problema y que hay que encontrar una solución", subraya otro veterano funcionario de Bruselas. Javier Elorza, el principal negociador español en Bruselas, concuerda con las críticas a las cuentas en términos de saldos netos pero rechaza frontalmente los reproches que se puedan suscitar en los ambientes comunitarios en torno a la estrategia de negociación española. Elorza recuerda que, en cualquier caso, los saldos positivos españoles son muy inferiores en términos relativos a los que disfrutan Irlanda, Grecia y Portugal. Subraya que las aportaciones de España al presupuesto de la Unión "se ajustan exactamente a nuestro nivel de riqueza" y coincide abiertamente con la tesis gubernamental de que "no hay un problema alemán". "Es cierto que la cohesión nos beneficia, pero la cohesión no es más que el fruto de un pacto que ya empezaron Irlanda y Grecia a cambio de abrir sus mercados a los países más ricos. Nosotros hemos respetado ese pacto y hemos sido absolutamente leales a la hora de poner en marcha el mercado interior. Lo que no vamos a hacer ahora es sacrificar el dinero de la cohesión porque las políticas comunitarias no benefician lo bastante a Alemania. Los pactos están para cumplirlos", advierte.

"En lugar de pedir un recorte de gastos, lo más comunitario sería aumentar el presupuesto con políticas más favorables a los alemanes. Nosotros no nos opondríamos a eso y en cualquier caso aceptaríamos lo que decidiera el Consejo, como hemos hecho siempre", recalca el representante de España ante la UE.

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