El príncipe Felipe llega a Honduras con el mensaje de solidaridad de la sociedad española

Felipe de Borbón comenzó ayer en Honduras un recorrido por la ruta de la destrucción que el huracán Mitch ha dejado en Centroamérica. En una visita marcada por la austeridad, el príncipe de Asturias trajo hasta Tegucigalpa, la maltrecha capital hondureña, ese mensaje de solidaridad que España ha enviado de forma tan rotunda, y que transmitirá después a Nicaragua, El Salvador y Guatemala. "Vengo a dar testimonio de todo el esfuerzo del Gobierno y de la sociedad española en su conjunto", afirmó el príncipe a su llegada.

"Para mí es una satisfacción poder representar esa labor humanita...

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Felipe de Borbón comenzó ayer en Honduras un recorrido por la ruta de la destrucción que el huracán Mitch ha dejado en Centroamérica. En una visita marcada por la austeridad, el príncipe de Asturias trajo hasta Tegucigalpa, la maltrecha capital hondureña, ese mensaje de solidaridad que España ha enviado de forma tan rotunda, y que transmitirá después a Nicaragua, El Salvador y Guatemala. "Vengo a dar testimonio de todo el esfuerzo del Gobierno y de la sociedad española en su conjunto", afirmó el príncipe a su llegada.

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"Para mí es una satisfacción poder representar esa labor humanitaria y poder estar aquí de nuevo en Honduras, aunque sea en estas circunstancias", señaló el heredero de la corona española.El país que recibió a don Felipe es, desde luego, muy distinto a aquel que visitó hace apenas once meses, con motivo de la toma de posesión del actual presidente, Carlos Flores. Entonces Honduras inauguraba, esperanzada, una nueva etapa política y económica. La prensa, incluso, bromeó sobre la cantidad de "corazones derretidos" que el hijo de los reyes había ido dejando a su paso.

Ayer, el Príncipe de Asturias encontró una Honduras desecha, con la economía reventada, las infraestructuras desarticuladas y la población todavía en situación de emergencia. Mitch se ha cebado con esta pequeña república, que junto a su vecina Nicaragua y a Haití constituyen el trío más pobre de América Latina. Aproximadamente la mitad de los tres millones de damnificados son hondureños, como también lo son 6.500 de los 11.000 muertos que el huracán ha dejado en Centroamérica.

Mensaje de aliento

Don Felipe llegó acompañado del vicepresidente, Francisco Álvarez Cascos, y de dos secretarios de Estado: Fernando Villalonga, de Cooperación, y Elena Pisonero, de Comercio. Su primera actividad oficial fue una cálida entrevista con el presidente Flores. A la descripción de los efectos del huracán que hizo el mandatario, respondió con un mensaje de aliento de España, que siente "muy de cerca" la tragedia hondureña.El príncipe pudo comprobar las dimensiones de la catástrofe durante un recorrido por las áreas más castigadas de Tegucigalpa, donde el desbordamiento del río Choluteca se llevó diversos barrios de la zona ribereña. Una reunión con miembros de las organizaciones no gubernamentales españolas que están trabajando en Honduras cerraría por la noche el programa.

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Don Felipe vino prácticamente con el pan bajo el brazo. En las horas previas a su llegada, Honduras recibió alborozada la decisión del Gobierno español de condonar parcialmente la deuda a los países centroamericanos afectados por Mitch y de crear un importante fondo de ayuda de emergencia. La visita del Príncipe de Asturias humaniza esas iniciativas, le presta un rostro, algo que en algunos sectores hondureños se echaba en falta, sobre todo ante la intensa presencia física de países como México y Francia, que han enviado diversos contigentes para las tareas de reconstrucción, y ante el desfile de personalidades estadounidenses, como el ex presidente George Bush, Tipper Gore, mujer del vicepresidente Al Gore, y, el lunes próximo, Hillary Clinton.

El viaje de don Felipe, dicen fuentes de la Casa Real, se ha realizado en la primera oportunidad que ha sido posible, teniendo en cuenta las agendas de los mandatarios centroamericanos: "En ningún momento se ha buscado la inmediatez, sino las mejores condiciones de las autoridades de estos países, que han estado completamente centradas en la emergencia. No tiene mayor utilidad una visita porque se produzca antes".

En el mismo sentido se pronunció Francisco Álvarez Cascos, que instó a no prestar importancia a ciertos "efectos ópticos". "España", dijo, "ha preferido atenerse a las demandas de Honduras y evitar la avalancha de iniciativas que en estas situaciones puede generar efectos adversos de superposición de equipos y medios".

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