Tribuna:

"Artespacios"

JOSÉ MANUEL ALONSO La ley de mecenazgo y esponsorización ha sido reclamada constantemente desde la sociedad y sobre todo desde determinadas empresas. Sin embargo, las instituciones públicas no han sabido dar respuesta a estas demandas, probablemente por falta de credibilidad fiscal. La ausencia de esta ley no ha impedido que se desarrolle la aportación de entidades, sobre todo financieras, para contribuir a cultivar y difundir la creación y la cultura a través, por ejemplo, de las fundaciones. En nuestro país son, fundamentalmente, las cajas de ahorro y algún banco quienes dedican parte de s...

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JOSÉ MANUEL ALONSO La ley de mecenazgo y esponsorización ha sido reclamada constantemente desde la sociedad y sobre todo desde determinadas empresas. Sin embargo, las instituciones públicas no han sabido dar respuesta a estas demandas, probablemente por falta de credibilidad fiscal. La ausencia de esta ley no ha impedido que se desarrolle la aportación de entidades, sobre todo financieras, para contribuir a cultivar y difundir la creación y la cultura a través, por ejemplo, de las fundaciones. En nuestro país son, fundamentalmente, las cajas de ahorro y algún banco quienes dedican parte de sus beneficios a procurar que la cultura más exquisita o avanzada salga al público y se llenen espacios y tiempos creativos o interpretativos. Muchos de nuestros artistas han podido concluir el mes o continuar su obra gracias a esas ayudas procedentes de lo que sobra de las inversores o las operaciones financieras. Se crea así un vaso comunicante de aportación de esas entidades a las artes, sobre todo la plástica, la música y la edición. En la mayoría de los casos, la entidad financiera, a través de su fundación correspondiente, gestiona las iniciativas de los propios artistas o de personas o sociedades afines. En el País Vasco son las cajas las que destinan más atención, llenando espacios propios o contribuyendo a llenar los espacios y tiempos ajenos. Y lo hacen con dos principios: apostar por lo más cercano, por los artistas del entorno, y apostar por la calidad de lo que viniendo de fuera pueda ser aprovechado por los de dentro. Un ejemplo de actualidad: la Fundación BBK está ocupando las salas de Bilbao (además de la del Museo de Bellas Artes) con un artista de Barakaldo, Antonio Pinto, y con uno de los grandes pintores-soñadores "del silencio", uno de "los solitarios del arte", el alemán Julius Bissier. Dos espacios, uno de exposición-experimentación de un artista de casa, y el otro para un adelantado del informalismo internacional, precursor de la obra de Antoni Tapies o de Jean Fautrier. Espacios de fundación, por tanto, llenos de lecciones creativas. ¡Espacios para el tiempo del arte: artespacios!

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