Crítica:POP/ EAGLE EYE CHERRY

Un concierto para recordar

Lejos de decepcionar, la actuación del hermano menor de la extraordinaria Neneh e hijo del trompetista de jazz Don Cherry supuso una muy agradable sorpresa, ya que, si bien su álbum de debú Desireless había levantado grandes expectativas en cuanto a la espiritualidad de un lenguaje musical ajeno a las frivolidades de la moda en música, la sensación que de éste quedaba era un tanto fría y distante de la caliente receptividad del público español. Ojo de Aguila Cherry, sin embargo, exhibió desde el acorde inicial del concierto un notable talento para maridar los viejos canales expresivos del blue...

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Lejos de decepcionar, la actuación del hermano menor de la extraordinaria Neneh e hijo del trompetista de jazz Don Cherry supuso una muy agradable sorpresa, ya que, si bien su álbum de debú Desireless había levantado grandes expectativas en cuanto a la espiritualidad de un lenguaje musical ajeno a las frivolidades de la moda en música, la sensación que de éste quedaba era un tanto fría y distante de la caliente receptividad del público español. Ojo de Aguila Cherry, sin embargo, exhibió desde el acorde inicial del concierto un notable talento para maridar los viejos canales expresivos del blues con el centro motor de los sonidos urbanos, añadiendo además un baño de eclecticismo que le hace nadar en varias aguas musicales a un tiempo y sin ahogarse en ninguna de ellas: rock, country, reggae, rythm"n"blues,...Flanqueado por una compacta banda y con el apoyo de muy bien disimulados samplers, Cherry exhibió una personalidad escénica que le sitúa entre el Dylan más introspectivo y el Ben Harper más abierto, todo ello teñido del color de la ciudad en la que todos los sueños artísticos son posibles: New York.

Eagle Eye Cherry

Eagle Eye Cherry (voz y guitarra), Eric Schermehorn (guitarra), Peter Forss (bajo), Dominic Keyes (percusión) y Magnus Persson (batería), en la Sala Caracol. 2.300 pts. Madrid. Lunes 26 de octubre

Con una voz de timbre intimista, el artista fue dando rienda suelta a las historias sobre gente común y sus pequeños conflictos, ciudadanos a los que ha observado hasta la saciedad y diseccionado de modo hábil en temas pegadizos como When Mermaids cry, Indecision o el impresionante sencillo Save Tonight, aunque también hubo espacio para realizar una sentida versión del otro Dylan, el jamaicano Bob Marley. El cantante y compositor, que mostró su asombro al comprobar que el gentío que abarrotaba la sala conocía perfectamente la letra de sus canciones, hizo un excelente concierto. Tanto, que es probable que sea uno de esos que se recuerdan durante años.

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