Barbara Schall: "Mi padre era muy divertido"

A pesar de vivir rodeada de famosos desde que nació, Barbara Schall afirma no haberse sentido fagocitada por los figurones de su familia: "No me importa ser hija, esposa, madre... Se trata de una realidad, no de un problema. Los quiero a todos mucho y así están bien las cosas". En cualquier caso, Brecht y su mujer nunca mezclaron su vida privada y profesional, prueba de ello es que Barbara descubrió en 1949, a los 18 años, que sus padres eran actores, cuando vió Madre coraje, en la que trabajaban los dos. "Era curioso ver a mamá allí, cuando yo siempre la veía cocinando, algo que hacía maravil...

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A pesar de vivir rodeada de famosos desde que nació, Barbara Schall afirma no haberse sentido fagocitada por los figurones de su familia: "No me importa ser hija, esposa, madre... Se trata de una realidad, no de un problema. Los quiero a todos mucho y así están bien las cosas". En cualquier caso, Brecht y su mujer nunca mezclaron su vida privada y profesional, prueba de ello es que Barbara descubrió en 1949, a los 18 años, que sus padres eran actores, cuando vió Madre coraje, en la que trabajaban los dos. "Era curioso ver a mamá allí, cuando yo siempre la veía cocinando, algo que hacía maravillosamente bien", y añade: "Hoy entiendo que no supiera cuál era su oficio porque, a fin de cuentas, no se lleva uno a los hijos a los lugares de trabajo". Lo que tiene claro desde la infancia es que sus padres consiguieron crearle un mundo en el que ella se sentía segura, lo cual era un milagro dado los tiempos de exilios por la persecución de los nazis."Me sentí muy querida", dice al tiempo que recuerda que lo más hermoso de su padre era que siempre tomaba a la gente en serio, incluso a los niños pequeños les hacía sentirse inteligentes. Además Barbara evoca que su padre era profundamente divertido, una cualidad que esta mujer valora especialmente: "Fue una de las razones por las que me casé con mi marido". Efectivamente, Ekkehard Schall es un hombre alegre, con unos enormes mostachos que le dan un aire payaso. Esta imagen le viene muy bien en la representación de Brecht murió y yo tengo razón, un espectáculo realizado a partir de canciones, poemas y textos dramáticos, en el que intervienen Schall y su hija convertidos en dos payasos. Este montaje ha sido concebido con motivo del centenario del nacimiento de Bertolt Brecht (Augsburgo, 1898-Berlín, 1956). Ekkehard y su hija Johana han conseguido convertir este montaje en uno de los más significativos del año Brecht y algunos lo consideran el auténtico homenaje al autor alemán.

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Tras pasar este verano por Barcelona ambos ofrecen este montaje en Madrid tanto en el Festival Internacional Madrid Sur, donde se ha podido ver este fin de semana en Getafe y Fuenlabrada, como en el Festival de Otoño que lo llevará al Círculo de Bellas Artes los días 2 y 3 de noviembre. Mañana el espectáculo se verá en Badajoz.

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