Microsoft aumenta sus beneficios un 58% en el último trimestre

El valor de la compañía se dispara en Wall Street, pese al juicio antimonopolio

Los directivos de la empresa Microsoft esperaron a que el juicio contra la compañía comenzase el pasado lunes para anunciar unos resultados trimestrales que nuevamente mejoran las expectativas más optimistas: la empresa de Bill Gates aumentó sus beneficios un 58% (un cuarto de billón de pesetas) en el último trimestre en comparación a las ganancias del año anterior, es decir, muy por encima de lo que habían vaticinado los sabios de Wall Street.

El Departamento de Justicia describe a Microsoft como una empresa que abusa de su poder, lucha por ampliar su monopolio y compite de forma d...

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Los directivos de la empresa Microsoft esperaron a que el juicio contra la compañía comenzase el pasado lunes para anunciar unos resultados trimestrales que nuevamente mejoran las expectativas más optimistas: la empresa de Bill Gates aumentó sus beneficios un 58% (un cuarto de billón de pesetas) en el último trimestre en comparación a las ganancias del año anterior, es decir, muy por encima de lo que habían vaticinado los sabios de Wall Street.

El Departamento de Justicia describe a Microsoft como una empresa que abusa de su poder, lucha por ampliar su monopolio y compite de forma desleal. Los analistas de la industria tienen otra forma de definir a la empresa de Bill Gates: es una máquina de generar beneficios. La compañía asegura que la envidiable cuenta de resultados del último trimestre se debe al nivel de ventas de su último sistema operativo, Windows 98, sobre todo desde que se comercializa en Europa y Japón, y a la buena marcha de la versión que comercializa para las empresas, Windows NT. Greg Maffei, responsable de las finanzas de Microsoft, aseguraba en The New York Times que las previsiones que pintaban "un negro panorama desde luego no se han cumplido". Según Maffei, el mayor daño que va a sufrir la compañía no afectará a la imagen ni al nivel de ventas: sólo temen la factura de los abogados. Aún así, la minuta no va a dejar huella en una cuenta que ha dejado casi un cuarto de billón de pesetas de beneficios sólo en el tercer trimestre del año, un 58% más que el año anterior.

Microsoft también comienza a reinar en Wall Street. Hace unos días la bolsa de Nueva York anunciaba que la compañía de Gates reemplazaba a la histórica General Motors en valor de acciones: el precio combinado de las acciones de Microsoft es ahora seis veces el de las acciones de General Motors, a pesar de que esta empresa fabricante de automóviles tuvo en 1997 unos ingresos 15 veces superiores. Wall Street parece cautivada no tanto por el valor actual de Microsoft sino por su proyección futura. Son mercados incomparables y el dato es más anecdótico que significativo, pero lo cierto es que el gigante General Motors controla el 31% de su sector mientras Microsoft tiene en sus manos el 90% del mercado de los programas informáticos.

El problema para Microsoft en el juicio de Washington (ayer hubo descanso en la vista oral) es demostrar que no son sólo sus ejecutivos los que se benefician de la buena marcha de la compañía. Los abogados de Gates, con John Warden a la cabeza, ya han lanzado en el tribunal el argumento al que recurren los responsables de la empresa cuando son preguntados por las acusaciones de monopolio: lo que es bueno para el consumidor, no puede ser malo para la industria.

El temor del Departamento de Justicia no es que Microsoft domine por completo, como ya casi ha conseguido, el mercado de la informática. Incluir un navegador de Internet con un sistema operativo que está instalado en 8 de cada 10 ordenadores es como dar a Bill Gates la llave que abre las puertas del consumo. Según las acusaciones contra la empresa, a través del navegador, Microsoft puede conducir a los internautas a lugares virtuales en los que esta empresa obtiene más beneficios: agencias de viajes (ya en marcha), tiendas, instituciones de créditos y, quizá en el futuro, agencias inmobiliarias.

El futuro inmediato de la empresa se centra en esa perspectiva a medio plazo: la compañía está igual de interesada en la venta de programas como en la venta de servicios. Por eso Microsoft se ha gastado 60.000 millones de pesetas en la compra de WebTV, una compañía que desarrolló un sistema para acceder a Internet desde el aparato de televisión, sin ordenador.

Bill Gates ya no quiere que Microsoft esté presente en todos los ordenadores del mundo sino en todos los hogares del mundo.

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