El correo electrónico se convierte en prueba decisiva

Cientos de mensajes enviados por Bill Gates y sus colaboradores, a través del correo electrónico, figuran entre las pruebas más sólidas contra Microsoft. En esos mensajes, remitidos desde sus ordenadores a través del navegador Explorer y su sistema de correos Outlook Express, los directivos de Microsoft hacen comentarios que, según el departamento de Justicia de EE UU, prueban su voluntad de hacerse con el monopolio de la programación informática y la navegación por Internet. Según la fiscalía federal norteamericana, muchas frases y el tono general de esa correspondencia electrónica prueba...

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Cientos de mensajes enviados por Bill Gates y sus colaboradores, a través del correo electrónico, figuran entre las pruebas más sólidas contra Microsoft. En esos mensajes, remitidos desde sus ordenadores a través del navegador Explorer y su sistema de correos Outlook Express, los directivos de Microsoft hacen comentarios que, según el departamento de Justicia de EE UU, prueban su voluntad de hacerse con el monopolio de la programación informática y la navegación por Internet. Según la fiscalía federal norteamericana, muchas frases y el tono general de esa correspondencia electrónica prueban que Microsoft se ha acostumbrado a usar la amenaza y el soborno para negociar.

En declaraciones a EL PAÍS, Bradford Smith, abogado de Microsoft, ha adelantado que la empresa de Gates restará importancia a esas pruebas. "Son documentos informales, redactados de prisa y con espontaneidad, sin voluntad de que tengan valor oficial", argumenta.

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Uno de los e-mail fue enviado el 6 de julio de 1996 por Gates a sus colaboradores en Microsoft y da cuenta de una entrevista con Scott Cook, el director de Intuit, un fabricante de programas financieros que acababa de adoptar el Netscape. "Fui", afirma Gates, "muy franco con él y le dije que le podríamos hacer un favor que nos costara un millón de dólares si él cambiaba de navegadores (para adoptar el Explorer de Microsoft) en los próximos meses".

El caso Microsoft es el primero en que los mensajes electrónicos desempeñan un papel trascendental. La empresa se vió obligada por una orden judicial a entregar todos los almacenados en sus discos duros. Recibida la orden, borrarlos hubiera supuesto una grave acusación por destrucción de pruebas. También en el caso Lewinsky, el fiscal Starr ha presentado como pruebas e-mail internos enviados por la becaria a gente de la Casa Blanca, incluido el presidente.

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