Un estudio constata altas concentraciones de metales pesados en la fauna piscícola del Bidasoa

Especies de pesca habitual en las aguas del río Bidasoa, como las truchas o las anguilas, presentan altos índices de contaminación por cobre y otros metales pesados que desaconsejan en muchos casos su consumo humano, según los resultados de diversos informes encargados por el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra desde 1995 en la zona. Los estudios confirman que la fauna piscícola está afectada por una contaminación terrestre que se concentra en puntos concretos del cauce navarro del Bidasoa antes de que sus aguas desemboquen en Guipúzcoa.

Algunos ejemplares de especies...

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Especies de pesca habitual en las aguas del río Bidasoa, como las truchas o las anguilas, presentan altos índices de contaminación por cobre y otros metales pesados que desaconsejan en muchos casos su consumo humano, según los resultados de diversos informes encargados por el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra desde 1995 en la zona. Los estudios confirman que la fauna piscícola está afectada por una contaminación terrestre que se concentra en puntos concretos del cauce navarro del Bidasoa antes de que sus aguas desemboquen en Guipúzcoa.

Algunos ejemplares de especies como la anguila y las truchas pescadas en las áreas colindantes a la factoría Transformados Lesaka, del grupo Aceralia; las minas de Eskolamendi y el vertedero de Katazpegi presentaron índices superiores a los legalmente establecidos como límites para el consumo humano, según informes que ayer adelantó el rotativo Diario de Noticias. El mismo estudio resalta que "en periodos de lluvias intensas pueden aumentar las concentraciones de forma considerable" en los sedimentos del lecho del río, constatación que se ha podido verificar ya. El Ejecutivo conoció en mayo los resultados del estudio realizado con la empresa Covitecma. Ésta señaló que la calidad de las aguas superficiales no puede ser catalogada como preocupante según la legislación de aguas potables y aguas aptas para la vida de salmónidos, si bien midió la concentración de metales pesados como mercurio, níquel, arsénico, cadmio, cobre, zinc, cromo y plomo y constató que "la totalidad de los contaminantes aparecen en alguno de los puntos de muestreo por encima del límite de detección" superando en muchos casos los valores normales en aguas y sedimentos. Alto nivel de cobre Con el fin de medir la afección que la actividad industrial, el vertedero y las minas generaban también en la fauna se inició una campaña biológica mediante la pesca de diversos ejemplares de distintas especies. Así se pudo determinar que el cobre es el valor que supera más veces los límites legales. Todas las truchas analizadas ofrecieron índices de cobre por encima de lo permitido. No obstante, otra de la anguilas capturadas presentó niveles de mercurio superiores a los niveles permitidos en la legislación y una tercera tenía niveles de plomo que duplicaban los niveles mínimos recomendados. Respecto a este último metal, el estudio registró en el tramo que discurre junto a las instalaciones fabriles de laminación de Aceralia, en Lesaka, niveles entre diez a cien veces superiores al resto de los tramos. La planta cuenta con 750 trabajadores. El estudio denuncia que el vertedero de lodos de Katazpegi continúa creciendo a un ritmo importante con el aporte continuo de residuos y sin una gestión que se considere adecuada por lo que se refiere al control del tipo y volumen de residuos. Respecto a las minas de Eskolamendi, los autores del trabajo resaltan que "el vertido sin control que se realizó en su día y la propia estructura hidrogeológica de las minas no permiten asegurar que se encuentre en condiciones estables a largo plazo". Entre las conclusiones del estudio, que sus promotores proponen seguir ampliando para determinar mejor la verdadera situación de la especies en el río y sus posibles afecciones a la salud humana, destaca el hecho de que las truchas del Bidasoa no serían aptas para el consumo en los tramos analizados y que las riberas lesakarras junto a la fábrica de Aceralia son el principal foco de contaminación por metales pesados.

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