Elías Díaz advierte del peligro de olvidar el pasado reciente

En el Parlamento reside la soberanía popular y, por tanto, el poder legislativo tiene prevalencia sobre otros poderes. En plenos debates jurídicos y políticos sobre los conflictos entre poderes, el profesor Elías Díaz defiende esta tesis al reeditar Estado de Derecho y sociedad democrática (Taurus). Texto universitario y divulgativo a un tiempo, esta obra se convirtió en referencia para varias generaciones de estudiantes que descubrieron en sus páginas las sustanciales diferencias entre un Estado democrático y una dictadura. "El libro estaba agotado y resultaba inencontrable. Por ello, tanto a...

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En el Parlamento reside la soberanía popular y, por tanto, el poder legislativo tiene prevalencia sobre otros poderes. En plenos debates jurídicos y políticos sobre los conflictos entre poderes, el profesor Elías Díaz defiende esta tesis al reeditar Estado de Derecho y sociedad democrática (Taurus). Texto universitario y divulgativo a un tiempo, esta obra se convirtió en referencia para varias generaciones de estudiantes que descubrieron en sus páginas las sustanciales diferencias entre un Estado democrático y una dictadura. "El libro estaba agotado y resultaba inencontrable. Por ello, tanto a la editorial como a mí nos pareció oportuno reeditarlo coincidiendo con el 20º aniversario de la Constitución", comenta este catedrático de Filosofía del Derecho.Secuestrado por Manuel Fraga en su época de ministro de Información y Turismo del franquismo, el libro vio la luz por primera vez a mediados de los sesenta. Tras reseñar que el libro no le ha dado más que satisfacciones en estas tres décadas, Elías Díaz (Santiago de la Puebla, Salamanca, 1934) señala ahora que "se está produciendo una cierta deslegitimación del Parlamento y un aumento excesivo del poder de los jueces. Los magistrados han de aplicar la Constitución, pero a través de las leyes que emanan del Parlamento, que es el poder principal".

Aunque en menor medida que en otros países de larga tradición democrática, España comienza a impregnarse de un espíritu constitucional, en opinión de este catedrático. "A pesar de que los 40 años de dictadura truncaron el sentir democrático de la población, la gente comienza a percibir la Constitución no sólo como un conjunto de garantías y derechos, sino también como una plataforma para el ejercicio de la democracia".

Visiones

Este catedrático de Filosofía del Derecho, autor de una larga lista de libros sobre cuestiones jurídicas y sobre historia española contemporánea, cree que la Constitución de 1978 está más escorada hacia las visiones progresistas que hacia las conservadoras. "Ahora bien", matiza Díaz, "hay que resaltar que la hegemonía del neoliberalismo y del pensamiento único en los últimos años, unida al derrumbamiento del comunismo, han propiciado interpretaciones que apuntan a una cierta degradación de los aspectos sociales de la Carta Magna". El profesor no duda en subrayar que ha habido retrocesos en las conquistas sociales que sanciona la Constitución, pero atribuye este freno a los avatares políticos y no a la letra constitucional. Satisfecho globalmente de los resultados del pacto de la transición, Elías Díaz muestra, sin embargo, su disgusto por lo que califica de "actitud o tendencia a olvidar el pasado reciente". "Estoy acostumbrado", agrega el profesor, "a impartir clases todos los años a centenares de alumnos que tienen una visión ahistórica de las cosas, que ignoran que la democracia fue alumbrada tras una dictadura y después de un siglo que ha contado con más regímenes autoritarios que democráticos".

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