Ruiz de Infante construye en el Museo Reina Sofía una habitación "abierta a todos los sentidos"

El Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid, inauguró ayer la segunda temporada de Espacio Uno, una sala para nuevas propuestas coordinada por Rafael Doctor, con la exposición Habitación de lenguajes, con dos instalaciones del artista Francisco Ruiz de Infante, de 32 años, natural de Vitoria pero residente en París. "Las piezas se abren a todos los sentidos y el espectador queda inmerso en ellas".Ruiz de Infante declaró ayer que sus trabajos, conocidos en España a través de la galería Elba Benítez, de Madrid, se basan en los propios espacios, transformados en instalaciones. En el Reina Sofía ha r...

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El Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid, inauguró ayer la segunda temporada de Espacio Uno, una sala para nuevas propuestas coordinada por Rafael Doctor, con la exposición Habitación de lenguajes, con dos instalaciones del artista Francisco Ruiz de Infante, de 32 años, natural de Vitoria pero residente en París. "Las piezas se abren a todos los sentidos y el espectador queda inmerso en ellas".Ruiz de Infante declaró ayer que sus trabajos, conocidos en España a través de la galería Elba Benítez, de Madrid, se basan en los propios espacios, transformados en instalaciones. En el Reina Sofía ha realizado Bestiario número 2 y 3, que tiene su antecedente en el vídeo Los lobos, que hoy se proyecta en el museo a las 19.00. La muestra, con Carlota Álvarez Basso como comisaria, está coproducida con el Kunstund de Bonn. El Bestiario número 1 se montó en Varsovia.

"Estoy buscando cómo utilizar el mobiliario simple y cotidiano con un sentido de pesadilla, como elementos amenazantes o en peligro", dice el artista. Con vídeos y sonidos, realiza las instalaciones. En el primer espacio, una mesa y una silla se mantienen en equilibrio sobre un lecho de tablas junto a una proyección en el techo. Para ponerse en funcionamiento, el espectador tiene que pasar una frontera invisible. "En las imágenes aparecen sucesivamente un tiburón que se come a un buceador".

La segunda instalación contiene 10 mesas y 14 sillas, tres canales de vídeo y ocho de audio, con auriculares donde el espectador puede seguir "el monólogo de la tortuga". "La mezcla de sonidos e imágenes produce una sensación de desorden y violencia, aunque se puede encontrar la ley que lleve al valor de la musicalidad. Me interesan los mensajes superpuestos, con propuestas que se abren a todos los sentidos".

En la temporada pasada, el Espacio Uno fue ocupado por las propuestas de Marina Núñez, Antoni Abad, Philip-Lorca Dicorcia, Augusto Alves da Silva, Pepón Osorio, Javier Pérez y Wolfgang Tillmans. Este verano se han presentado como colectiva en la Fundación Botín, de Santander.

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