Las herederas del pintor Antonio Saura renuncian a participar en su fundación

Las herederas del pintor Antonio Saura, fallecido el pasado julio en Cuenca, han decidido cancelar el proyecto de fundación que lleva el nombre del artista y que estaba previsto inaugurar a fin de año en esa ciudad, según confirmó ayer Antonio Pérez, amigo íntimo del pintor y patrono de la fundación. Marina Saura, hija del artista y directora de la fundación, y Mercedes, viuda y patrona, dimitieron ayer de sus cargos en una carta en la que atribuyen su renuncia a la última voluntad del pintor. Según Pérez, Antonio Saura estuvo "entusiasmado con la fundación hasta el último día de su vida". "Es...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Las herederas del pintor Antonio Saura, fallecido el pasado julio en Cuenca, han decidido cancelar el proyecto de fundación que lleva el nombre del artista y que estaba previsto inaugurar a fin de año en esa ciudad, según confirmó ayer Antonio Pérez, amigo íntimo del pintor y patrono de la fundación. Marina Saura, hija del artista y directora de la fundación, y Mercedes, viuda y patrona, dimitieron ayer de sus cargos en una carta en la que atribuyen su renuncia a la última voluntad del pintor. Según Pérez, Antonio Saura estuvo "entusiasmado con la fundación hasta el último día de su vida". "Es raro que la razón que esgrimen sea su última voluntad, porque Antonio dedicó toda su pasión e ilusión a ese proyecto en los meses y días previos a su muerte". Diversas instituciones habían invertido ya 90 millones.

Marina Saura rechazó ayer hacer declaraciones sobre el asunto, a la espera de que las cartas enviadas a los miembros del patronato de la fundación lleguen a su destino. La familia no desea hablar hasta que el albacea del testamento del pintor oscense regrese a España. Mientras tanto, arreciaban en Cuenca las reacciones de estupor, tanto de amigos del pintor como de patronos de la fundación. Antonio Pérez, que aseguró haber recibido ayer la carta de las herederas del artista, se mostró absolutamente desencantado por la noticia, y contó que los meses, "e incluso el día", antes de su muerte, Antonio Saura seguía hablando de la fundación como de un sueño. "Estaba encantado, entusiasmado. En los últimos catálogos de sus exposiciones, uno de Ginebra y otro de Galicia, había usado ya la coletilla "Con la colaboración de la Fundación Antonio Saura"... Él mismo había supervisado las obras del edificio que iba a albergarla, la Casa Zabala, que le gustaba muchísimo y estaba detrás de su casa... La verdad es que estoy muy sorprendido, porque la fundación parecía su gran ilusión... No sé si cambiaría de idea el último día, o si dejaría algo escrito...".

"Una barbaridad"

En las instituciones locales la noticia de la renuncia causó sorpresa y decepción. La presidenta de la Diputación de Cuenca, Marina Moya, señaló a Europa Press que sería "una verdadera barbaridad" si se confirmara la intención de las herederas de Saura de abandonar la fundación.Moya indicó que en la última reunión mantenida con el artista éste hizo incluso una propuesta de incorporación de más personas al patronato, en el que están presentes la Junta de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Cuenca, la Diputación y la Caja de Ahorros.

Pérez, que era el único miembro del patronato que tenía asignado un cometido concreto -conservador-, recordó además que la gestación de la idea se encontraba ya muy avanzada; que las obras de la Casa Zabala iban a acabar en dos meses y que las instituciones, que ya habían gastado 90 millones de pesetas en el proyecto, habían comprado tres obras para donarlas.

El pintor añadió que la dimisión de la viuda y la hija de Saura -que según parece anula los compromisos que el artista aragonés suscribió con las distintas administraciones para la puesta en marcha de la fundación- harán muy difícil la continuidad del proyecto. "Ellas son las que debían donar más obras, su archivo personal, y si eso no sucede se quedará todo bastante vacío de contenido, aunque habrá que esperar a la reunión del miércoles".

Pérez no cree que la familia haya pensado trasladar la fundación a otro lugar, aunque comenta que en Cuenca se ha criticado la pasividad de las administraciones en vida del artista. Pérez reconoce incluso "cierta racanería": la Diputación se había comprometido a adquirir dos cuadros del pintor, uno de ellos ya en posesión de la institución, y a invertir anualmente cinco millones de pesetas para el mantenimiento de la Casa Museo Zabala.

Pérez recordó que Saura recibió mejores ofertas por parte de la Comunidad Autónoma de Aragón para instalar allí la fundación, pero que siempre quiso que ésta se quedara en Cuenca.

Tanto la Diputación como la Junta de Castilla-La Mancha, por boca de su consejero de Cultura, Justo Zambrana, abogaron ayer por el diálogo entre todas las partes implicadas para llegar a un acuerdo.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En