Aznar propugna una mayor integración

El presidente del Gobierno español, José María Aznar, hizo ayer profesión de fe en la construcción europea, consciente de la batalla que se avecina en el frente económico y en el plano institucional. «Creo que es necesario avanzar hacia una mayor integración económica y política de Europa», señaló en abierta discrepancia con las voces que piden una vuelta al nacionalismo en Europa y una amplia reforma de las instituciones comunitarias.Aznar se convirtió ayer en un firme guardián del Tratado de Amsterdam frente a las tesis revisionistas alemanas que, por motivos de política interior, predican a...

El presidente del Gobierno español, José María Aznar, hizo ayer profesión de fe en la construcción europea, consciente de la batalla que se avecina en el frente económico y en el plano institucional. «Creo que es necesario avanzar hacia una mayor integración económica y política de Europa», señaló en abierta discrepancia con las voces que piden una vuelta al nacionalismo en Europa y una amplia reforma de las instituciones comunitarias.Aznar se convirtió ayer en un firme guardián del Tratado de Amsterdam frente a las tesis revisionistas alemanas que, por motivos de política interior, predican ahora menos poder y menos dinero para las políticas y los órganos comunitarios.

La diplomacia española sabía que en Cardiff no se iban a dar más batallas que las de fijar un calendario para la discusión sobre los presupuestos de los próximos siete años, 2000-2007, que comenzará este otoño cuando la Comisión haga pública su propuesta sobre los recursos propios (ingresos) de la Unión para ese periodo y que deberá concluir en marzo de 1999 en un Consejo extraordinario bajo presidencia alemana, lo que facilita los propósitos de Bonn.

«Hoy lo que tocaba era la defensa de la posición de España sobre el informe que en octubre deberá presentar la Comisión y el resultado ha sido muy positivo para los países de la cohesión», señaló Aznar.

La defensa a ultranza del Tratado de Amsterdam, firmado el pasado año y todavía en proceso de ratificación entre los Quince, es para España la mejor trinchera para defender el mantenimiento de los fondos estructurales y de cohesión. «La posición de España es bien conocida», subrayó Aznar. «Debemos avanzar en la convergencia real entre las rentas de los ciudadanos de la Unión» como dice el Tratado. Desde esa posición, España reclama una financiación suficiente de la UE que permita la ampliación a los países del Este sin liquidar las ayudas a los países con menor renta.