Varios ayuntamientos siguen programas de mejora de la gestión y servicio público

La calidad, ese sistema de mejora de la gestión que impulsan tantas empresas, comienza a asomar la cabeza por la Administración. Algunos ayuntamientos vascos, la Diputación de Vizcaya y Osakidetza son algunas de las instituciones públicas que han apostado, aunque tímidamente, por introducir programas que mejoren la organización interna y el servicio que ofrecen a los ciudadanos, aunque todavía tímidamente. Según las fuentes consultadas, faltan años para que un ayuntamiento vasco consiga un certificado de Calidad, como ha hecho recientemente el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Logroño, de ...

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La calidad, ese sistema de mejora de la gestión que impulsan tantas empresas, comienza a asomar la cabeza por la Administración. Algunos ayuntamientos vascos, la Diputación de Vizcaya y Osakidetza son algunas de las instituciones públicas que han apostado, aunque tímidamente, por introducir programas que mejoren la organización interna y el servicio que ofrecen a los ciudadanos, aunque todavía tímidamente. Según las fuentes consultadas, faltan años para que un ayuntamiento vasco consiga un certificado de Calidad, como ha hecho recientemente el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Logroño, de la mano de la empresa vasca Erabide.

En el caso de Vizcaya, el ayuntamiento de Mungia es el que más en serio se ha tomado la iniciativa. Su alcalde, José Ignacio Ibáñez (PNV), lidera un grupo de seis municipios interesados en implantar sistemas de mejora de la gestión y que producen un doble ahorro en costes y tiempo. La Fundación vasca para el Fomento de la Calidad inició en 1996 con la asociación de municipios vascos Eudel un programa en los municipios que pretende "ofrecer un servicio más rápido y eficiente a los ciudadanos y mejorar la gestión de los ayuntamientos", señala Mikel Ugalde, director de la fundación. En los dos años que estos seis ayuntamientos llevan reuniéndose, han realizado un estudio para definir y diferenciar las funciones de los políticos y de los técnicos en los ayuntamientos y aprender a definir los presupuestos con objetivos en cada área. "Se trata de diagnosticar la eficiencia de los servicios municipales, analizando quién los usa, cuántos gastos genera, si cuentan con la plantilla adecuada y otros factores para mejorarlos", señala el director de la Fundación vasco por el Fomento de la Calidad. Ugalde cita el caso del ayuntamiento de Mungia, donde se ha reducido de mes y medio a una semana el tiempo de preparación de las actas de los plenos. "Un sistema de calidad siempre es rentable", asegura. En Guipúzcoa, un grupo de cinco ayuntamientos, encabezado por Zarautz, ha dado también sus primeros pasos para la implantación de un sistema de calidad en la gestión y el servicio. Sus responsables, sin embargo, no quieren hablar "hasta que el proyecto haya cristalizado". A diferencia de las empresas, las instituciones públicas muestran mucha cautela y prefieren ocultar que están inmersas en un programa de calidad. Junto a los ayuntamientos, la Diputación de Vizcaya y, más concretamente, el Departamento de Promoción Económica ha dado los primeros pasos para implantar en sus oficinas el sistema de gestión japonés 5 S, que impulsa la fundación por la calidad. Este programa, que experimentaron en 1997 cinco empresas, supone un ahorro de unas 3.000 horas de trabajo anualmente. En el ámbito del Gobierno vasco, la mejora de la gestión todavía no ha llegado a las oficinas y sólo sociedades públicas como SPRI y Gasnalsa cuentan con certificados de calidad.

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