Un piano jondo
Dorantes (toma el apellido materno de David Peña) ha convertido el piano en instrumento de extraordinaria flamencura. No hay muchos antecedentes -de auténtica identidad sólo dos o tres: Pepe Romero, Arturo Pavón...-, pues otros quizá ganaron más popularidad pero se quedaron en lo superficial del flamenco. Dorantes sí profundiza, con un raro talento para integrar sus raíces jondas en una música que nace con ambiciones de sonido «culto». El grupo de cuerda crea un clima de intimidad próximo a la música de cámara, y la percusión se adecúa con admirable discreción al conjunto.Pero lo que oímos es ...
Dorantes (toma el apellido materno de David Peña) ha convertido el piano en instrumento de extraordinaria flamencura. No hay muchos antecedentes -de auténtica identidad sólo dos o tres: Pepe Romero, Arturo Pavón...-, pues otros quizá ganaron más popularidad pero se quedaron en lo superficial del flamenco. Dorantes sí profundiza, con un raro talento para integrar sus raíces jondas en una música que nace con ambiciones de sonido «culto». El grupo de cuerda crea un clima de intimidad próximo a la música de cámara, y la percusión se adecúa con admirable discreción al conjunto.Pero lo que oímos es siempre flamenco genuino, lo que confirma que el flamenco del futuro no tiene por qué bastardear su naturaleza. Es emocionante oír el piano de Dorantes acompañando, con la misma veracidad que puede hacerlo una guitarra, el cante por soleá de su padre Pedro Peña o la nana de Inés Bacán, cantaores jondos donde los haya que jamás van a desertar de su naturaleza artística original. Espero que Dorantes tampoco deserte de un arte en el que se presenta como un activo muy valioso.
Dorantes
Presentación de Orobroy . Piano: David Peña Dorantes. Cante: Pedro Peña e Inés Bacán. Baile: Belén Maya. Grupo de cuerda y percusión. Colegio de Médicos, Madrid, 5 de mayo.