Una tos que se siente en Roma

Cada vez que Santa María tose o estornuda, se siente en un laboratorio italiano. Uno de los aspectos más espectaculares del Plan Director de la catedral está en la medición de las grietas y de la velocidad con que se mueven. Se detecta a través de unos extensómetros, aparatos colocados en puntos clave de las paredes sin demasiada sofisticación aparente. Sus resultados se envían cada seis horas, vía módem, a la Universidad de Roma. Allí los estudia el equipo del profesor Giorgio Croci, un guru de la restauración de grandes estructuras arquitectónicas -en su currículo aparece el Coliseo romano ...

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Cada vez que Santa María tose o estornuda, se siente en un laboratorio italiano. Uno de los aspectos más espectaculares del Plan Director de la catedral está en la medición de las grietas y de la velocidad con que se mueven. Se detecta a través de unos extensómetros, aparatos colocados en puntos clave de las paredes sin demasiada sofisticación aparente. Sus resultados se envían cada seis horas, vía módem, a la Universidad de Roma. Allí los estudia el equipo del profesor Giorgio Croci, un guru de la restauración de grandes estructuras arquitectónicas -en su currículo aparece el Coliseo romano y en la pirámide de Keops- que ejerce de consultor en los trabajos. Menos aparatoso pero más arduo ha resultado el trabajo de recopilación y redacción del plan, coordinado por Lasagabaster y encargado a tres expertos españoles: los arquitectos Leandro Cámara y Pablo Latorre, de Madrid, y el arqueólogo de la UPV Agustín Azkarate. A ellos corresponde proponer futuras soluciones o alternativas, como convertir la Catedral Vieja en un museo y principal referente turístico de Vitoria para el futuro.

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