El SME incorpora la dracma y decide apreciar un 3% la libra irlandesa

Grecia se incorporó ayer al mecanismo de cambios del Sistema Monetario Europeo (SME) con una paridad de 357 dracmas por ecu, que supone una devaluación del 14% respecto de su última cotización. Con esta decisión, solicitada el viernes por el Gobierno de Costas Simitis, éste refuerza su voluntad de acceder al euro en el año 2001. El Comité Monetario decidió también apreciar un 3% la libra irlandesa.

Los directores generales del Tesoro de los Quince realizaron ayer en el Comité Monetario lo que, en principio, serán los últimos ajustes de las monedas europeas antes de efectuarse la sel...

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Grecia se incorporó ayer al mecanismo de cambios del Sistema Monetario Europeo (SME) con una paridad de 357 dracmas por ecu, que supone una devaluación del 14% respecto de su última cotización. Con esta decisión, solicitada el viernes por el Gobierno de Costas Simitis, éste refuerza su voluntad de acceder al euro en el año 2001. El Comité Monetario decidió también apreciar un 3% la libra irlandesa.

Los directores generales del Tesoro de los Quince realizaron ayer en el Comité Monetario lo que, en principio, serán los últimos ajustes de las monedas europeas antes de efectuarse la selección -el primer fin de semana de mayo- de las admitidas al curo, y de establecerse las paridades fijas irrevocables.El ingreso del dracma, pedido por Atenas, sirvió como ocasión para elevar a legal lo que ya era real en los mercados, una más alta cotización de la libra irlandesa.

Los rumores de que algunos Gobiernos -sobre todo el alemán- presionarían para propugnar un realineamiento más amplio, concentrado en las paridades de otras divisas del sur europeo y del marco finlandés -que responden a economías de gran crecimiento-, quedaron al final en nada. Se desvaneció así la perspectiva de que hoy continuase el Comité Monetario, esta vez a nivel ministerial.

La petición oficial de Atenas se produjo el pasado viernes. Pretendía aumentar la credibilidad sobre la política económica del país, tras un par de años de rigor y éxitos en el ajuste presupuestario y el control de la inflación.

Pretendía también demostrar que su pretensión de incorporase al euro antes de que circulen los billetes europeos en el 2001 va en serio: uno de los criterios de Maastricht exige que los aspirantes hayan acreditado dos años de estabilidad monetaria.

Esta estabilidad debe conllevar la pertenencia al Sistema Monetario Europeo también durante dos años, según la interpretación más rigurosa, de la que discrepa Londres.

Acuerdo de los bancos

A última hora del viernes, la moneda griega se depreció en los mercados. Su paridad descendió de 295,269 dracmas por ecu a 340 e incluso 350 y quedó fijada en 313,86. Un funcionario del Ministerio de Hacienda aseguró en Atenas, antes de empezar el encuentro del Comité Monetario, que había un acuerdo de los bancos centrales de efectuar una devalución del 14%, en consonancia con lo que sucedió en el mercado. "Pero los líderes de los países mediterráneos pidieron una rebaja más moderada", añadió esta fuente a la agencia Reuters.La revaluación de la libra irlandesa tuvo un contorno más técnico. Responde a la apreciación que de ella vienen haciendo los mercados financieros, considerando los importantes éxitos de la economía isleña y su vinculación a la libra esterlina, actualmente muy fuerte.

En 1997, la divisa irlandesa llegó a apreciarse hasta un 12% sobre su paridad central, bastante por encima de la banda estrecha de fluctuación del SME (2,25%), pero dentro de la horquilla ancha del 15% establecida en la última reforma del mecanismo. Últimamente cotizaba en torno a tres puntos por encima de la banda estrecha, lo que se ha elevado a oficial.

Un análisis de J. P. Morgan había disparado los rumores al vaticinar que esa revaluación desencadenaría un realineamiento de la peseta, la lira italiana y el marco finlandés, debido a que las economías de estos países crecen a un ritmo superior a la media. Quedó en nada.

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