La Semana Trágica y la guerra del Rif, en 'Memoria del 98' de esta semana

El temor al estallido de una nueva guerra, tras el desastroso desenlace de la de Cuba, volvió a reproducirse en el año 1909, con motivo del envío de tropas a la zona marroquí del Rif, con objeto de proteger una vía férrea que conducía a una mina de propiedad española.La salida de las tropas, que embarcaron en el puerto de Barcelona, originó entre la población de la capital catalana una dramática e imprevista huelga general, que alcanzó altos grados de paroxismo en las luchas callejeras. Es el conjunto de sucesos que se conocen como Semana Trágica de Barcelona. Éste es el tema que desarrolla el...

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El temor al estallido de una nueva guerra, tras el desastroso desenlace de la de Cuba, volvió a reproducirse en el año 1909, con motivo del envío de tropas a la zona marroquí del Rif, con objeto de proteger una vía férrea que conducía a una mina de propiedad española.La salida de las tropas, que embarcaron en el puerto de Barcelona, originó entre la población de la capital catalana una dramática e imprevista huelga general, que alcanzó altos grados de paroxismo en las luchas callejeras. Es el conjunto de sucesos que se conocen como Semana Trágica de Barcelona. Éste es el tema que desarrolla el historiador Joaquín Romero Maura en el capítulo 23 del coleccionable Memoria del 98, que mañana lunes se entrega con el ejemplar de EL PAÍS.

En el mes de julio de aquel mismo año gobernaba Antonio Maura, que había querido regenerar el sistema de la Restauración desde el poder. Sin embargo, la huelga barcelonesa le pilló por sorpresa y e político conservador tuvo que dar relevo a sus adversarios, los liberales. Con todo, señala Romero Maura, lo que más llamó la atención de aquellos hechos fue la actitud de la Iglesia, y en particular la de Cataluña, que no mostró ninguna piedad por el destino que esperaba a los soldados en los campos rifeños de Marruecos.

Mercedes Cabrera estudia el fin del turno dinástico, una vez rota la solidaridad entre los dos grandes partidos. Diversificada la oposición, se hizo imposible luego, en 1914, un pacto que refundara el régimen. María Jesús González analiza el grito de "¡Maura, no!", que movilizó a la opinión pública, que se sentía airada a causa de los sucesos de la Semana Trágica, contra el líder conservador.

La biografía está dedicada a la figura de Francisco Ferrer Guardia, el pedagogo y anarquista de acción directa, al que el poder tomó como chivo expiatorio de lo que había ocurrido, aun sin tener pruebas de ello.

Todos los trabajos van profusamente ilustrados con fotografías poco conocidas de la huelga, las operaciones en el Rif y el juicio de Ferrer.

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