Entrevista:

"Habrá pactos entre grupos españoles y portugueses"

Joaquím Pina Moura (economista, de 46 años) se ha convertido en uno de los hombres de máxima confianza del primer ministro portugués, el socialista Antonio Guterres. Fundador de las Juventudes Comunistas y miembro del Comité Central del Partido Comunista Portugués a los 22 años, el actual ministro de Economía, estuvo muy próximo durante años a Alvaro Cunhal (líder histórico de los comunistas lusos). Inició su distanciamiento del PCP en 1991, cuando el partido no condenó el golpe de Estado contra Gorbachov. Su fama como gran organizador y trabajador incansable ("hábitos comunistas", ironiza uno...

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Joaquím Pina Moura (economista, de 46 años) se ha convertido en uno de los hombres de máxima confianza del primer ministro portugués, el socialista Antonio Guterres. Fundador de las Juventudes Comunistas y miembro del Comité Central del Partido Comunista Portugués a los 22 años, el actual ministro de Economía, estuvo muy próximo durante años a Alvaro Cunhal (líder histórico de los comunistas lusos). Inició su distanciamiento del PCP en 1991, cuando el partido no condenó el golpe de Estado contra Gorbachov. Su fama como gran organizador y trabajador incansable ("hábitos comunistas", ironiza uno de sus compañeros en el Gobierno) le valieron para que, en 1995, Guterres le encargara la formación de los denominados "Estados Generales", una plataforma ideológica para aglutinar a socialistas e independientes en busca del fin de la década cavaquista (1985-1995). Con la victoria socialista en octubre de 1995, Guterres le nombra secretario general de la Presidencia, el coordinador general de toda la política del Gobierno. Desde noviembre ocupa la cartera de Economía (separada de Hacienda en Portugal) y desde ella encara los grandes desafíos del país, especialmente la implantación de la moneda única europea.Pina Moura vaticina la creación de un mercado ibérico, en el que se producirán pactos e incluso integraciones de empresas y bancos y colaboración para invertir conjuntamente en América Latina y Africa. Y defiende la presencia del Estado en la empresa.

Pregunta. Desde hace dos años la economía portuguesa ha alcanzado un dinamismo sin precedentes. Está entre los mejores cumplidores de los criterios de Maastricht. ¿Cuáles han sido las claves de ese éxito?

Respuesta. En lo que se refiere a la criterios de convergencia la economía portuguesa difícilmente podría estar mejor. Los grandes criterios están más que alcanzados. La reducción del déficit presupuestario llegó al 2,45% en 1997 y esperamos que el año 2000 no supere el 2%. La deuda ha bajado de una forma consolidada.

P. Pero ese es un objetivo aún no alcanzado...

R. Sí, pero de cualquier manera, como saben, los criterios de Maastricht tienen muy en cuenta la tendencia y la deuda está reduciéndose de forma consolidada. En 1994, la deuda andaba cerca del 70% del PIB; el año siguiente quedó en 66,7%; en 1997 fue inferior al 62% y el objetivo es llegar al 2000 por debajo del límite del 60%. La estabilidad cambiaría y las tasas de interés están en buena situación. El escudo se encuentra muy estable.

P. Gracias, sobre todo, a la reducción de los tipos de interés.

R. La importante reducción de las tasas de interés explica el gran éxito de nuestra política económica, no sólo en términos macroeconómicos, sino también en el crecimiento real. Los costes de financiación para muchas empresas se redujeron más de un tercio y eso es vital para las compañías que recurren con mucha frecuencia al crédito. La reducción del precio del dinero ha sido un factor decisivo para la competitividad.

P. ¿Y la sociedad portuguesa? ¿Está preparada para el euro?

R. Hasta mayo nuestro objetivo es entrar y desde mayo hasta enero del 2002 el objetivo será prepararse. Yo creo que la población portuguesa apoya mayoritariamente nuestra integración en el euro, aunque todavía nos queda mucho camino por recorrer para adaptarnos a la nueva realidad política y económica de Europa.

P. ¿Cuáles son las principales directrices de su ministerio?

R. Economía debe ser el ministerio de las empresas. El que proporcione y estimule las condiciones de competitividad y contribuya a favorecer la realidad microeconómica. El ministerio que interprete los intereses de las grandes y pequeñas empresas para mejorar su competitividad y la creación de más y mejor empleo.

P. Fiscalmente, ¿la empresa portuguesa necesita apoyos económicos, como una reducción de impuestos, por ejemplo?

R. Hemos tomado muchas medidas fiscales para beneficiar y estimular a las pequeñas y medianas empresas, que son el 95% del tejido empresarial del país, y para mejorar la inversión y creación de empleo. Aprobamos un decreto para reducir los impuestos a las pequeñas empresas y vamos a ampliar todas las iniciativas posibles para beneficiarlas. También hemos puesto en marcha un programa específico para la dinamización y la modernización de empresas, especialmente en el sector industrial. Y tenemos previsto un plan de inversiones de cerca de 250.000 millones de pesetas.

P. Portugal ha llevado a cabo un importante plan de privatizaciones. ¿Se piensa privatizar todas las empresas públicas?

R. El Estado conservará participaciones importantes en el sector energético y de las telecomunicaciones y se quedará con el primer grupo financiero del país, la Caixa Geral de Depósitos. Electricidade de Portugal será privatizada hasta el 49%, de forma que el Estado mantenga una posición mayoritaria. El mercado del gas aún está emergiendo y admitiremos una participación privada.

P. ¿Y las líneas aéreas portuguesas o los aeropuertos?

R. No dependen de Economía, pero efectivamente, están en fase de privatización. Además figuran Brisa (autopistas nacionales), Cimpor (cementera) y Petrogal.

P. ¿Cuánto prevé ingresar el Estado por esas privatizaciones?

R. En 1997, el Estado obtuvo más de 650.000 millones de pesetas y para este esperamos 300.000, menos que el año anterior en el que Gobierno concentró un gran programa de privatizaciones.

P. ¿Cómo ve el futuro de los grupos financieros portugueses? ¿Prevé alianzas con bancos españoles?

R. Estamos en un momento de plena reestructuración del sector. Se están produciendo algunas fusiones de interés y se prevén tendencias hacia la expansión. Yo admito que el proceso de reestructuración del sector aún no está concluido y que en el cuadro financiero ibérico habrá pactos e interacciones entre grupos españoles y portugueses. Desde el punto de vista político, prestaremos gran atención para conservar un fuerte sector financiero luso.

P. ¿Qué papel pueden jugar internacionalmente España y Portugal en el mercado integrado?

R. La entrada simultánea de España y Portugal en la Comunidad Europea marcó un gran giro en las relaciones económicas bilaterales. Antes de la entrada, España y Portugal se encontraban de espaldas y hoy la situación ha cambiado completamente. España es el primer inversor y suministrador en Portugal y - nuestro segundo mejor cliente, después de Alemania. Y esto naturalmente tiene consecuencias, sobre todo para superar las viejas diferencias políticas, económicas y hasta culturales. La desaparición de las fronteras y el ingreso en el mercado único va a crear una nueva realidad, un nuevo mercado ibérico. Será una buena oportunidad para que las dos economías, sin tendencias hegemónicas por ninguna de las partes y a través de la colaboración estrecha, ampliemos nuestros mercados en América Latina y África.

P. Existe una crítica habitual hacia "la invasión" económica española en Portugal ¿Apoya las inversiones españolas?

R. Tenemos que tener en cuenta las nuevas realidades. No sólo es preciso producir, sino vender. Tenemos que fortalecer nuestro mercado interno, pero debemos estimular la internacionalización de nuestra economía. Y eso pasa por crear sociedades conjuntas con grupos extranjeros y, por supuesto, españoles. La balanza comercial entre los dos países es enteramente favorable a España y nosotros tenemos que estimular a nuestras empresas para que sean más activas en el mercado español.

P. ¿Cuáles son sus objetivos respecto al paro, con un cifra realmente baja en Portugal?

R. La tasa de paro es relativamente baja en Portugal [6%], pero tenemos claro que no es un reflejo exacto de la realidad. Nuestra preocupación no es sólo la progresiva reducción del desempleo, sino la mejora de la calidad y la remuneración del empleo.

P. ¿Qué opina de la semana laboral de 35 horas?

R. Hay que tener en cuenta los grados de productividad de las diferentes economías. No son lo mismo en Alemania o Francia que en Portugal. Nosotros estamos reduciendo el máximo semanal a 40 horas y admito que la economía francesa esté en condiciones de realizar un avance de esa envergadura.

P. La Bolsa de Lisboa está siendo una de las que más se revalorizan en Europa. ¿Vive Portugal un boom del mercado?

R. Es producto de varios factores. La situación macroeconómica es muy saludable, existe una gran confianza de los inversores en la economía y ha evolucionado muy positivamente el mercado de capitales. Este mercado dejó de ser considerado emergente el año pasado y la reducción de los tipos de interés ha sido, sin duda, decisiva.

P. ¿Qué opina de las acusaciones de Cavaco Silva sobre el aplazamiento de las grandes reformas que prometieron al país? ¿Es incompatible, como dice el ex primer ministro, la regionalización con los objetivos del euro?

R. La visión apocalíptica que el profesor Cavaco tiene de las consecuencias de la regionalización no se confirmarán. La regiones administrativas absorberán sólo los recursos financieros que hoy están en manos de la Administración central para esas áreas. No provocarán ningún aumento del gasto público. Simplemente causarán la transferencia de esos recursos y de las competencias para el nuevo modelo de Estado. Sobre la crítica a las reformas, no puedo entenderle, a no ser que se trate de una autocrítica. El ex primer ministro estuvo 10 años en el Gobierno, gran parte con mayoría absoluta, y no hizo las reformas estructurales que él considera necesarias para sustentar la economía. Por tanto, Cavaco no tiene autoridad moral para criticar aquello que cree que es un retraso.

P. Lo que sí es cierto es que las reformas que prometieron aún están pendientes: la Seguridad Social, el sistema de salud, la educación o la justicia.

R. No es así. Nosotros nos comprometimos a aumentar un 1% más del PIB la inversión pública para la enseñanza antes del final de la legislatura y estamos a punto de realizarlo. Y ya se ha presentado el libro blanco de la Seguridad Social, para abrir el debate público.

P. Eso es un análisis de la situación, no la reforma.

R. Claro, pero no se puede emprender una reforma de esta envergadura sin un análisis previo. Otra cosa sería si, al llegar al Gobierno, Cavaco Silva nos hubiese dejado hecho ese análisis. El problema es que Cavaco debía de tener conciencia de la importancia de esas reformas y no nos dejó ni los análisis.

P. ¿La Expo-98 no va a ser una importante fuente de gastos?

R. La Expo va a ser un gran éxito. Va a contribuir a la proyección internacional de Portugal y mejorará el turismo, que ahora supone un 8% del PIB y mantiene 500.000 empleos.

P. Con 22 años era miembro del Comité Central del PCP. ¿Qué queda en Pina Moura del comunista de antaño?

R. Se mantiene la voluntad de servicio público y de hacer de la política un instrumento activo para el reequilibrio y la solidaridad social."

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