EL PAPA, EN CUBA

Rezos y bromas

El Papa apenas descansa en La Habana. "Ora mucho y la luz de su dormitorio no se apaga hasta tarde", asegura la hermana española de la Orden de las Siervas de San José María Fe Rodríguez, una de las que lo atiende en la Nunciatura, donde duerme todas las noches. Ayer, por ejemplo, Juan Pablo II se levantó a las 5.30 de la madrugada y después de rezar un buen rato, "atendió" los cánticos de un coro de la iglesia de Santa Rita."Se le ve feliz, está siempre sonriendo", dice María Fe, quien ya es famosa en España por sus partes diarios a la Cadena SER. "Hoy vinieron a ver al Santo Padre un grupo d...

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El Papa apenas descansa en La Habana. "Ora mucho y la luz de su dormitorio no se apaga hasta tarde", asegura la hermana española de la Orden de las Siervas de San José María Fe Rodríguez, una de las que lo atiende en la Nunciatura, donde duerme todas las noches. Ayer, por ejemplo, Juan Pablo II se levantó a las 5.30 de la madrugada y después de rezar un buen rato, "atendió" los cánticos de un coro de la iglesia de Santa Rita."Se le ve feliz, está siempre sonriendo", dice María Fe, quien ya es famosa en España por sus partes diarios a la Cadena SER. "Hoy vinieron a ver al Santo Padre un grupo de ancianitas de la casa nuestra. Algunas vinieron hasta en silla de ruedas y el Papa las bendijo antes de salir para Camagüey".

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Aunque los desplazamientos del Papa dentro de la isla, realizados en un avión ruso IL-62M, son agotadores para su séquito y los 45 periodistas que lo acompañan en todos sus movimientos, Juan Pablo II se muestra firme como una roca y además bromista y con buen apetito. "El jueves, al llegar la comitiva de Santa Clara, alguien dijo que se les veía a todos cansados, pero les pidió que no se preocupasen, porque había preparado un buen almuerzo. El Papa dijo: "Eso espero". Poco después, el Papa fue al Palacio de la Revolución a sostener una entrevista privada con Fidel Castro. Cuando los fotógrafos comenzaron a disparar sus cámaras al sentarse él y Castro en la sala donde se iba a efectuar la reunión, el presidente cubano bromeó: "Aquí nos tienen que pagar ellos a nosotros. Nos explotan, Santidad, y no nos pagan". El sucesor de San Pedro, encorvado sobre su silla, respondió: "Sí, no nos pagan".

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