El narcisismo controlado

Ramon Fontseré llegó a Els Joglars en 1982, con la intención de estar sólo un año. Su carácter anárquico encajó con la disciplina y el rigor de Boadella: "Me dio confianza, Albert me dijo: 'no seas burro, que si trabajas puedes hacer mucho...' Me impresionó que alguien creyera en mí y a partir de ahí empecé a trabajar en serio". El precio que ha pagado ha sido que su nombre no brille en el panorama del teatro, a pesar de que se le considera uno de los grandes. "Esto nunca me ha cortado las alas, entiendo que sea Boadella el protagonista y no le envidio para nada porque debe ser algo muy, pesad...

Ramon Fontseré llegó a Els Joglars en 1982, con la intención de estar sólo un año. Su carácter anárquico encajó con la disciplina y el rigor de Boadella: "Me dio confianza, Albert me dijo: 'no seas burro, que si trabajas puedes hacer mucho...' Me impresionó que alguien creyera en mí y a partir de ahí empecé a trabajar en serio". El precio que ha pagado ha sido que su nombre no brille en el panorama del teatro, a pesar de que se le considera uno de los grandes. "Esto nunca me ha cortado las alas, entiendo que sea Boadella el protagonista y no le envidio para nada porque debe ser algo muy, pesado... Yo, en cambio, hago una vida que disfruto mucho". Piensa que el narcisismo es algo que se desvanece cuando uno se hace mayor y se mira al espejo: "Formo parte de un proyecto en el que me encuentro a gusto, todo lo demás me la suda. Trato de hacer bien mi trabajo, pero nunca lo aprenderé del todo porque soy muy limitado".Boadella afirma que los actores de Els Joglars no tienen el virus del narcisismo: "Sé que es algo inherente ala condición humana, pero los Joglars lo tienen controlado, porque si no hay que aplicar terapias de shock o de lo contrario son insoportables".