Bienvenida sin tambores

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Tras una reciente misa ecuménica, ofrecida por el cardenal Jaime Ortega en la catedral de La Habana, el babalao Ricardo Guerra se acercó al arzobispo y le preguntó la razón de que no estuviese previsto un encuentro de los santeros cubanos con el Papa, cómo el organizado para los pastores protestantes y los rabinos judíos. El babalao Guerra propuso recibir al Papa con sus tambores consagrados en la plaza de la Catedral, donde Juan Pablo II se reunirá con religiosos y laicos católicos. La respuesta fue no. No obstante, Ortega dejo las puertas abiertas a un posterior encuentro.Hoy es común ver en las calles de La Habana a santeros recién iniciados vestidos de blanco impoluto, a obreros y profesionales con collares de cuentas, y también a paleros y abakuás comprando gallos y carneros vivos en los mercados para sacrificárselos a sus respectivos santos. "Nosotros siempre hemos respetado la religión católica. Para entrar a nuestra religión hay que estar bautizado, y necesitamos agua bendita para algunas liturgias", advierte Guerra.

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