Cartas al director

Recogida de aluminio

En El País del domingo 2 de noviembre se publicaba un anuncio, que ocupaba una página entera, animando a los lectores a participar en una campaña de recogida de aluminio, que, posteriormente habría de ser reciclado. En la campaña se unían dos objetivos respetables: el reciclado del mencionado material y la solidaridad con la labor de Unicef. Aquellos que apartáramos de nuestros desechos cotidianos los objetos de aluminio (latas de refrescos, papel de envolver alimentos, etcétera) podríamos llevarlos a determinados depósitos los días 21 y 22 de noviembre.Conocedora tanto del efecto conta...

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En El País del domingo 2 de noviembre se publicaba un anuncio, que ocupaba una página entera, animando a los lectores a participar en una campaña de recogida de aluminio, que, posteriormente habría de ser reciclado. En la campaña se unían dos objetivos respetables: el reciclado del mencionado material y la solidaridad con la labor de Unicef. Aquellos que apartáramos de nuestros desechos cotidianos los objetos de aluminio (latas de refrescos, papel de envolver alimentos, etcétera) podríamos llevarlos a determinados depósitos los días 21 y 22 de noviembre.Conocedora tanto del efecto contaminante provocado por la descomposición del aluminio como del buen resultado de su reciclado, el mismo día de la lectura del anuncio empecé a guardar latas vacías, tubos de medicamentos y otras cosillas hechas del vil metal (cuidando de no confundir el aluminio con el acero, que es otra historia). El día 20 de noviembre llamé al teléfono que figuraba en el anuncio, y una señorita muy agradable me facilitó la dirección del depósito más próximo al lugar donde yo me encontraría los días 21 y 22: la gasolinera sita en Arturo Soria, 175.

Feliz con mi bolsita cencerreante partí el sábado 22 hacia la gasolinera, donde lo único que sabían de la campaña patrocinada por Iveco Pegaso era lo que otros bienintencionados del metal les habían contado. Espero que la campaña haya sido un éxito en otros puntos de recogida y que mi caso no sea más que un lamentable error. Pero, efectivamente, es lamentable que, para una vez que en Madrid se decide hacer algo sensato con el aluminio, la organización no esté a la altura de la causa y, lo que es peor, la experiencia puede desanimar a los que están dispuestos a aportar su granito de arena.-

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