LIDIA : FESTIVAL EN LEGANÉS

Todo el mundo se divirtió

El toreo y Leganés derrochó su torería y generosidad con los damnificados de las dramáticas inundaciones en Extremadura y se entregó sin reservas a la más noble causa. Prácticamente se llenó La Cubierta, y todo el mundo salió contento.El veterano Palomo Linares tuvo en sus manos un novillo que fue noble y de unas primeras arrancadas estimables, pero que se rajó estrepitó s amen te en el último tercio. Recibió al burel con unos templados lances a la verónica que le fueron aplaudidos. Y en el comienzo del trasteo supo darle unos muletazos de tanteo que tuvieron prestancia. Tras una serie con la ...

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El toreo y Leganés derrochó su torería y generosidad con los damnificados de las dramáticas inundaciones en Extremadura y se entregó sin reservas a la más noble causa. Prácticamente se llenó La Cubierta, y todo el mundo salió contento.El veterano Palomo Linares tuvo en sus manos un novillo que fue noble y de unas primeras arrancadas estimables, pero que se rajó estrepitó s amen te en el último tercio. Recibió al burel con unos templados lances a la verónica que le fueron aplaudidos. Y en el comienzo del trasteo supo darle unos muletazos de tanteo que tuvieron prestancia. Tras una serie con la derecha en los medios, el de El Torreón se fue a tablas y allí se atrincheró. A Dámaso González no le dio el novillo facilidades, sin embargo, el torero supo templar y dominar por el pitón derecho, a media altura, la incierta embestida de la res. Demostró cuáles son sus armas y conocimientos: colocación y muñeca poderosa. Lo intentó por el lado izquierdo, y concluyó con unos muletazos por alto que agradaron.

Varias ganaderías/ Siete matadores

Toros despuntados de El Torreón, José Luis Marca, dos de Jandilla, dos de Garcigrande y Paco Ojeda. De juego desigual. Palomo Linares: pinchazo, media y descabello (vuelta). Dámaso González: estocada y descabello (dos orejas). Juan Mora: tres pinchazos y estocada desprendida (oreja). Manuel Caballero: estocada atravesada (dos orejas). Víctor Puerto: pinchazo, estocada desprendida y dos descabellos (dos orejas). Uceda Leal: estocada (dos orejas). Manuel Jesús, 'El Cid': estocada (dos orejas y rabo).Plaza de Leganés, 29 de noviembre. Tres cuartos de entrada.

El torero extremeño Juan Mora deleitó en los lances de saludo, lentos y de regusto. Y caldeó con la muleta al doblarse con plasticidad y enjundia. Le dio un achuchón el de Jandilla al natural y no se arredró.

A continuación Juan Mora toreó sobre la mano derecha en una tanda de buen remate y excelente interpretación. Una faena de muleta salpicada de detalles artísticos, que en la espada tuvo su punto flaco. Cumplió el torero y el respetable se lo hizo saber.

Quite de verónicas

Manuel Caballero dibujó un quite de tres verónicas y media despaciosa, que fue lo mejor de su labor torera ante el noble y soso de Garcigrande. La faena de muleta, aunque desigual, tuvo la virtud de la variedad y de un templado toreo al natural de trazo limpio. Como fue efectivo a la hora de entrar a matar, se ganó dos orejas, paseadas en el coso de Leganés por méritos que el diestro supo agenciarse.Animoso estuvo Víctor Puerto, voluntarioso y con ganas de divertir. Toreó de capa en abundancia: largas cambiadas, verónicas, chicuelinas, un quite por navarras, y manejó la franela de manera desigual, en una faena en la que buscó las vueltas a la res de Ojeda, que resultó mansa y distraída, en pases de distintas marcas. Trasteo de intervalos y dudas.

Valiente estuvo Uceda Leal ante el de Jandilla. Tres largas cambiadas seguidas que avivaron estruendosamente el volcán generoso, o sea el público, y un quite por navarras de trazo lento, después del primer y único puyazo. En la muleta se tragó una seria voltereta, al. porfiar en una faena casi imposible, frente a un animal de escaso juego, pues se paró y amagó demasiado.

El Cid aprovechó el mejor toro del festival, un noble colaborador de Garcigrande que hizo de sobrero, tras ser devuelto el titular de Pablo Mayoral por inválido, y que le dejó construir una faena completa de muleta, en la que hubo imaginación y no faltó temple. Un buen espadazo para hacer honor a su apodo singular y gloria para el novillero y para Extremadura.

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