Científicos presionados en Estados Unidos

"Tu familia está siendo acosada con llamadas telefónicas nocturnas y tu propia historia vital y profesional está siendo distorsionada en artículos estratégicamente difundidos para su publicación en Estados Unidos", escribe Tim O'Riordan en la revista científica Nature. Podría ser un drama televisivo, pero no es ficción, es lo que le ha sucedido a Benjamin Santer, el científico estadounidense que redactó el último informe del IPCC, el que recogió en 1996 la contundente frase acerca de la responsabilidad del hombre en el cambio climátIco.¿Quién o quiénes acosan a Santer y por qué? "La pol...

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"Tu familia está siendo acosada con llamadas telefónicas nocturnas y tu propia historia vital y profesional está siendo distorsionada en artículos estratégicamente difundidos para su publicación en Estados Unidos", escribe Tim O'Riordan en la revista científica Nature. Podría ser un drama televisivo, pero no es ficción, es lo que le ha sucedido a Benjamin Santer, el científico estadounidense que redactó el último informe del IPCC, el que recogió en 1996 la contundente frase acerca de la responsabilidad del hombre en el cambio climátIco.¿Quién o quiénes acosan a Santer y por qué? "La política del cambio climático está embebida en instituciones cuya supervivencia depende de una economía y una política que crea el cambio climático", explica O'Riordan (Universidad de East Anglia). Los acosadores son "los opulentos intereses del grupo de presión de los combustibles fósiles".

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Lo cierto es que en EE UU surgen las voces más resistentes a aceptar las conclusiones de la inmensa mayoría de los investigadores del mundo, incluido EE UU, acerca del calentamiento del clima. O'Riordan afirma que la oferta que EE UU llevará a Kíoto, "está muy por debajo de los deseos de la comunidad científica".

Ambiente de tensión

En el ambiente de tensión que se respira ante la perspectiva de Kioto, ha saltado a la luz pública lo que antes se ha insinuado en voz baja: que muchos investigadores estadounidenses del clima sufren fuertes presiones de la industria energética, contraria a cualquier reducción de las emisiones de gases que se generan en la combustión de combustibles fósiles.A pesar de ello, Bill Clinton y su vicepresidente, Al Gore, han abordado con ímpetu la cuestión del clima, navegando entre las presiones de quienes están dispuestos a asumir las reducciones de las emisiones de gases, y que afirman que EE UU hará un deplorable papel internacional si no afronta con responsabilidad el problema, y quienes se oponen a cualquier medida que repercuta en el precio de la gasolina, aunque sólo sea unos centavos por galón.

Bruce Babbitt, secretario de Interior (EE UU), ha declarado que las compañías energéticas utilizan "un par de científicos domesticados, que resulta que están en la nómina [de las conipañías]", para atacar a la investigación científica sobre el clima.

En el otro extremo, los científicos europeos comentan que algunos investigadores de EE UU van demasiado lejos al vincular fenómenos meteorológicos y variabilidad natural al cambio global, por ejemplo, cuando afirman que las manifestaciones extremas del fenómeno El Niño son el efecto ya del cambio climático.

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