La ironía de Truman Capote

Hay encanto, sencillez y buen estilo en esta (nada fácil, aunque sobre el papel lo parezca) adaptación al cine de El arpa de hierba, obra primeriza de Truman Capote. Charles Matthau -hijo del célebre cómico Walter, que crea aquí a su inimitable manera un espléndido personaje, en un enésimo cara a cara con su espejo curvo, Jack Lemmon, que también borda el suyo- reelabora con buen gusto, pulso y candenciosa delicadeza, con mucho tacto y finura, las etapas de la niñez y la adolescencia del escritor. Ama Matthau al relato y a su relator, y se le nota.La pantalla recrea con verdad y sencill...

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Hay encanto, sencillez y buen estilo en esta (nada fácil, aunque sobre el papel lo parezca) adaptación al cine de El arpa de hierba, obra primeriza de Truman Capote. Charles Matthau -hijo del célebre cómico Walter, que crea aquí a su inimitable manera un espléndido personaje, en un enésimo cara a cara con su espejo curvo, Jack Lemmon, que también borda el suyo- reelabora con buen gusto, pulso y candenciosa delicadeza, con mucho tacto y finura, las etapas de la niñez y la adolescencia del escritor. Ama Matthau al relato y a su relator, y se le nota.La pantalla recrea con verdad y sencillez los aires nostálgicos y autobiográficos que empapan la materia argumental y lírica del libro, y conserva el núcleo esencial de éste, sin incurrir en ese literaturismo hoy de moda, que en nada beneficia al desarrollo de la fabulación cinematográfica, lo que es indicio de que el director y guionista de El arpa de hierba ha hecho una buena relectura en imágenes de la escritura de pura seda con que Capote envuelve este relato suave, lleno de matices, íntimo, evocador y, por debajo de su ironía, secretamente amargo e incluso doloroso.

El arpa de hierba

Dirección y guión: Charles Matthau, basado en la obra de Truman Capote. EE UU, 1997. Intérpretes: Edward Furlong, Walter Matthau, Jack Lemmon, Sissy Spacek, Piper Laurie. Madrid: cines Tívoli y Pompeya.

Merece verse El arpa de hierba porque es una noble sombra cinematográfica del talento del escritor que lo ideó. Y no sólo por el solvente cine que Matthau, hijo, extrae de una literatura tan exquisita como la que maneja (y por la gloria añadida de hacernos ver nuevamente enfrentados a Matthau, padre, y Lemmon) sino por el propio balance entre los equilibrios y desequilibrios de un filme en el que, junto al excelente protagonista Edward Furlong, hay (además de los citados) otros dos rostros de acompañamiento de auténtico lujo: los de las actrices Piper Laurie y Sissy Spacek, que están vivas, libres, y logran dos interpretaciones eminentes.

Fuste y altura

El esplendoroso quinteto conjugado por Matthau en El arpa de hierba es inolvidable y da gracia y vigor interpretativo, fuste y altura a una película pequeña, pero muy cuidada y finalmente resuelta con elegancia, que en ningún momento sentimos que pueda desmoronarse si se le coteja con dos platos fuertes (en realidad, fortísimos),cinematográficos a que ha dado lugar la literatura de Truman Capote: Desayuno con diamantes (dirigida por Blake Edwards) y A sangre fría (dirigida por Richard Brooks).No alcanza El arpa de hierba la envergadura de estas dos graves y ambiciosas obras, pero su estupenda (y no elemental) humildad le permite tener un lugar propio a su sombra.

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