El consejero de Economía y los sindicatos certifican la debilidad del pacto social firmado en 1995

La concertación social, firmada entre patronal, Gobierno regional y sindicatos en noviembre de 1995, se soporta en una base cada vez más frágil.El consejero de Economía, Luis Blázquez, se reunió ayer con los sindicalistas de UGT y Comisiones Obreras y con representantes de la patronal madrileña para discutir sobre la última controversia. Se trataba de acordar un texto sobre dos nuevos organismos: el Consejo de Relaciones Laborales y el Instituto de Salud Laboral. Los sindicatos pedían una composición tripartita y paritaria de estos organismos (cuatro representantes de UGT y CC OO, cuatro de la...

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La concertación social, firmada entre patronal, Gobierno regional y sindicatos en noviembre de 1995, se soporta en una base cada vez más frágil.El consejero de Economía, Luis Blázquez, se reunió ayer con los sindicalistas de UGT y Comisiones Obreras y con representantes de la patronal madrileña para discutir sobre la última controversia. Se trataba de acordar un texto sobre dos nuevos organismos: el Consejo de Relaciones Laborales y el Instituto de Salud Laboral. Los sindicatos pedían una composición tripartita y paritaria de estos organismos (cuatro representantes de UGT y CC OO, cuatro de la patronal Ceim y cuatro del Gobierno regional). Blázquez se mantuvo en su idea de imponer la mayoría del Gobierno en ese órgano con cinco representantes, adjudicando dos puestos a los sindicatos y otros dos a la patronal. Los empresarios apoyaron al Gobierno regional. Y entre todos certificaron la debilidad de la concertación social.Los agentes sociales se han dado una semana de plazo para decidir si rompen definitivamente la paz social o si continúan manteniéndola por encima de los diversos encontronazos.

Blázquez zanjó ayer la negociación con los sindicatos cuando sentenció: "Somos coherentes con una línea de negociación sostenida desde el primer día, y es que el Gobierno no puede ser minoría en los órganos que crea. El Ejecutivo debe tener siempre la última palabra, no para imponer mayorías, sino porque la responsabilidad no puede ser compartida", declaró a Efe.

Estas razones fueron rechazadas por los sindicalistas. Gregorio Marchán (CC OO) y Miguel Ángel Abejón (UGT) replicaron: "El consejero de Economía ni impulsa ni apoya el diálogo social entre los sindicatos y la patronal. Sólo lo obstaculiza. Ha modificado con criterios políticos y no con argumentos la composición de estos organismos. No entendemos por qué en las relaciones laborales entre empresarios y sindicatos quiere tener la mayoría".

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