'El vigía' de Chillida

Eduardo Chillida termina estos días, en un taller de Reinosa, una escultura monumental de 40 toneladas y ocho metros de altura. Un monolito de acero, bautizado por el artista como El vigía, por los salientes de- su extremo, que estará mirando a la universidad de Deusto y al museo Guggenheim Bilbao. Esta presencia del escultor vasco en el escenario de renovación urbana de Bilbao es un encargo de la sociedad Bilbao Ria 2000 para formar en Abandoibarra un paseo de ribera con obras de Chillida, Lupertz, Tucker y Ruckriem.El director general del Guggenheim. Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, confirmó ay...

Eduardo Chillida termina estos días, en un taller de Reinosa, una escultura monumental de 40 toneladas y ocho metros de altura. Un monolito de acero, bautizado por el artista como El vigía, por los salientes de- su extremo, que estará mirando a la universidad de Deusto y al museo Guggenheim Bilbao. Esta presencia del escultor vasco en el escenario de renovación urbana de Bilbao es un encargo de la sociedad Bilbao Ria 2000 para formar en Abandoibarra un paseo de ribera con obras de Chillida, Lupertz, Tucker y Ruckriem.El director general del Guggenheim. Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, confirmó ayer que se está en conversaciones con Chillida y Tápies para concretar el montaje destacado de su obra en el museo. Los artistas temen que en lugar de presentar obra más reciente, la dirección del museo prefiera instalar algunas piezas que ya tiene la colección del Guggenheim. Chillida está a punto de decidir no realizar una escultura para el exterior del edificio, ante las dificultades del entorno y la potencia propia del edificio. Esta obra se sitúa en la línea de una pasarela que diseña el ingeniero José Antonio Fernández Ordóñez encargo que entregará este mes. Por otra parte, el Guggenheim de Nueva York ha pedido a Chillida la exposición de su proyecto de Tindaya en Fuerteventura, que hasta el 10 de junio está en Gernika.