'Poética' culmina con Lindsay Kemp

Lo mejor, entre ovaciones, vendría al final de cada una de las dos sesiones, atestadas de público, en la maratoniana jornada de clausura de Poética, el sábado, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Entusiasmó la plasticidad escenográfica de Lindsay Kemp, que cerró el festival, como había entusiasmado, por la tarde, el nihilismo inteligente y creativo de Ramón Colomina. Este último, en compañía de la actriz trapecista Paloma Unzeta, escenificó poemas cargados de perplejidad y denuncia cáustica, que hilvanaban el mundo de la infancia con la muerte, y que consiguieron un efecto mucho má...

Lo mejor, entre ovaciones, vendría al final de cada una de las dos sesiones, atestadas de público, en la maratoniana jornada de clausura de Poética, el sábado, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Entusiasmó la plasticidad escenográfica de Lindsay Kemp, que cerró el festival, como había entusiasmado, por la tarde, el nihilismo inteligente y creativo de Ramón Colomina. Este último, en compañía de la actriz trapecista Paloma Unzeta, escenificó poemas cargados de perplejidad y denuncia cáustica, que hilvanaban el mundo de la infancia con la muerte, y que consiguieron un efecto mucho más transgresor que el pretendido en otras actuaciones de la velada.También gustó la entrada en fuerte del cantante Silvio, un clásico de la marginalidad, cuya poderosa voz se mantiene incólume frente a los estragos del alcohol, y que supo despertar muy bien al público con descargas de rhythm and blues. Luego intervino el tándem compuesto por Claudio Rizzo y Leopoldo María Panero, y, mientras el primero se enzarzó en la lectura de sus versos de corte erotomaniaco, Panero se mostró más lacónico, aunque bromeó al auditorio con una sentencia de la mejor tradición moderna: "Éste y yo parecemos Deleuze y Guattari luchando contra un público analfabeto".