Juan de Herrera aparece en una exposición como "el primer arquitecto moderno"

Un montaje reune en Madrid 300 documentos sobre sus proyectos y obras científicas

Juan de Herrera, arquitecto y científico, ocupa desde ayer el pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico de Madrid, donde se exponen hasta el 6 de junio 300 documentos, piezas y maquetas del constructor el monasterio de El Escorial. "El gran mérito de Herrera, humanista e inventor, arquetipo renacentista, es ser el primer arquitecto moderno en España, por la forma de hacer proyectos y por los estudios de la arquitectura", según el comisario de la exposición, el arquitecto Carlos de Riaño. La muestra viajará este verano a Comillas y se estudia su traslado a Lisboa.

La exposición ...

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Juan de Herrera, arquitecto y científico, ocupa desde ayer el pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico de Madrid, donde se exponen hasta el 6 de junio 300 documentos, piezas y maquetas del constructor el monasterio de El Escorial. "El gran mérito de Herrera, humanista e inventor, arquetipo renacentista, es ser el primer arquitecto moderno en España, por la forma de hacer proyectos y por los estudios de la arquitectura", según el comisario de la exposición, el arquitecto Carlos de Riaño. La muestra viajará este verano a Comillas y se estudia su traslado a Lisboa.

La exposición Juan de Herrera, arquitecto real conmemora el cuarto centenario de la muerte del arquitecto (Mobellán, 1530-Madrid, 1597), en una iniciativa de la Fundación del Colegio de Arquitectos de Madrid, a la que se unieron la Comunidad de Madrid, los ministerios de Fomento y Educación y Cultura, el Gobierno de Cantabria, el Ayuntamiento de Camargo y la Fundación Obra Pía de Juan de Herrera.Una maqueta de madera de cuatro metros cuadrados del monasterio de El Escorial, una vez restauradas y montadas sus piezas, que permanecían almacenadas, abre la exposición en el pabellón Villanueva, neoclásico de 1781 y restaurado en 1980 por Antonio Fernández Alba -en el interior del Real Jardín Botánico, con entrada de 200 pesetas-, que se distribuye en tres apartados: Herrera arquitecto, Herrera científico y Después de Herrera. La maqueta, olvidada desde hace medio siglo, se cree que fue realizada por León Gil del Palacio, que la dedicó en 1855 a la reina Isabel II.

El montaje ha respetado los ventanales del pabellón, y los documentos, sobre todo planos, maquetas, dibujos y libros, se disponen en vitrinas en un ambiente litúrgico. Para el comisario, el gran mérito de Juan de Herrera es el de ser el primer arquitecto moderno, por la forma de realizar los proyectos en un estudio, con un programa completo de alzados y detalles, todos firmados, y por el enfoque de la profesión, al conseguir en 1582 la creación de la Academia de las Matemáticas, donde se impartían las enseñanzas de astronomía, geografía, matemáticas y arquitectura.

Renacentista total

Aunque el monasterio de El Escorial domina la arquitectura de Juan de Herrera, a partir de la muerte de Juan Bautista de Toledo, que puso la primera piedra en 1563, la exposición quiere mostrar un desconocido arquitecto, ingeniero, militar y científico, "un renacentista total", según el comisario. Entre el material menos conocido figuran los planos originales de la catedral de Valladolid -por ordenador se ha reconstruido una catedral distinta a la actual, modificada e inacabada- y reproducciones de los edificios que construyó en Lisboa, como el palacio del marqués de Castel Rodrigo y la torre del palacio de la Ribera, desaparecidos en el terremoto de 1775, aunque sólo se mantiene la iglesia de San Vicente. También figuran sus trabajos en Toledo (Alcázar, Ayuntamiento y plaza) y la Lonja de Sevilla (actual Archivo de Indias).Otro espacio del pabellón Villanueva está dedicado al Herrera científico e inventor, con maquetas de los artilugios que inventó para el transporte de os bloques de piedra durante a construcción del monasterio de El Escorial y los ingenios hidráulicos de la Casa de la Moneda de Segovia, actualmente en estado de abandono. Estudioso de humanidades, filosofía y matemáticas, en su formación en Valladolid y en Bruselas, al pertenecer al cortejo del príncipe Felipe, el montaje recoge libros de astronomía y geografía que tenía en su biblioteca -los tratadistas como Palladio, Serlio y Vignola- y sobre la- doctrina de Ramon Llull. Herrera dejó en su testamento la creación de una fundación para enseñar a sus vecinos del valle de la Valdáliga (Cantabria) el catecismo y las ideas de Llull. También figura una edición de su Discurso del señor Joan de Herrera, aposentador mayor de Su Majestad, sobre la figura cúbica.

El arquitecto Fernando Chueca ha colaborado en los estudios previos, junto con Javier Ortega, Isabel Vicente, Nicolás Tapia, Miguel Ángel Aramburu, Begoña Alonso, Paloma Barreiro, Carlos de Riaño y Fernando Sequeira. "Herrera está en la encrucijada entre la arquitectura clásica renacentista, un manierismo discutible y una apertura al barroco", declaró ayer Chueca. "En El Escorial se conjuga perfectamente el espíritu del fundador, Felipe II, y el arte del constructor, la arquitectura del poder. Su herencia entra dentro del barroco y persiste durante dos siglos. En los primeros años de la posguerra se quiso imponer el herrerianismo como un estilo nacional, pero no quedó conformado. No duró muchos años y se hicieron algunas cosas con criterios muy dignos".´

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