Irán adelanta la firma de un contrato de medio billón con una petrolera francesa

El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Alí Akbar Velayati, intentaba ayer destacar los beneficios que para los países europeos supone mantener una buena relación con Teherán. El foro era perfecto: una conferencia de prensa a la que asistían periodistas occidentales. Así que se atrevió a anunciar la firma de un contrato multimillonario con la compañía petrolera francesa Total, que horas después resultó estar aún en fase de negociación.

Los 3.500 millones de dólares (medio billón de pesetas) del contrato anunciado por Velayati causaron sorpresa en medios diplomáticos y periodísticos. En...

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El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Alí Akbar Velayati, intentaba ayer destacar los beneficios que para los países europeos supone mantener una buena relación con Teherán. El foro era perfecto: una conferencia de prensa a la que asistían periodistas occidentales. Así que se atrevió a anunciar la firma de un contrato multimillonario con la compañía petrolera francesa Total, que horas después resultó estar aún en fase de negociación.

Los 3.500 millones de dólares (medio billón de pesetas) del contrato anunciado por Velayati causaron sorpresa en medios diplomáticos y periodísticos. En Teherán se sabía que se negociaba la explotación del yacimiento de Pasr Sur, pero la cifra superaba con mucho lo esperado. Y con razón. De haber sido cierto, se hubiera tratado del mayor contrato petrolero firmado por Irán desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979.Duró poco la euforia. Apenas unas horas después, la oficina de Total en la capital iraní desmentía la firma en un escueto comunicado enviado a la agencia France Presse. La Compañía Nacional de Petróleo Iraní (NIOC), la otra parte en el contrato fantasma, también desmintió por su parte que la negociación estuviera cerrada.El revuelo organizado en esta ocasión se entiende mejor al saber que Pasr Sur es uno de los yacimientos petroleros y gasísticos más importantes del golfo Pérsico y que comparten Irán y los Emiratos Arabes Unidos. Su desarrollo fue confiado inicialmente a la compañía estadounidense Canoco, que tuvo que retirarse porque en junio de 1995 la Administración Clinton empezó a aplicar un embargo contra Irán. Un año más tarde, el Congreso de Estados Unidos aprobó la ley D'Amato, que permite penalizar a cualquier empresa extranjera que invierta en el sector iraní de los hidrocarburos.

Precisamente, Velayati criticaba ayer la política de EE UU hacia Irán cuando puso el supuesto contrato con Total como ejemplo de lo que se perdían las compañías estadounidenses."En cuanto a las sanciones económicas que [Washington] promueve hacia Irán desde 1979, ha fracasado", manifestó Velayati antes de mencionar un reciente seminario sobre hidrocarburos celebrado en Isfahán y al que, según aseguró, asistieron varias compañías estadounidenses" a pesar de las advertencias de su gobierno y del senador Alfonse d'Amato.

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