Un coche bomba obliga a más de 100 vecinos de Rentería a pasar la noche fuera de sus casas

Medio centenar de viviendas y una veintena de automóviles resultaron dañados en la madrugada de ayer en Rentería (Guipúzcoa) por la explosión controlada de cinco de los 35 kilos de amosal contenidos en un coche bomba abandonado por ETA. Expertos pociales calculan que la potencia del artefacto, estimado presumiblemente a la Ertzaintza, era 20 veces superior a la que resultó de la explosión controlada que a las 2.50 de ayer estremeció a miles de vecinos de Rentería. De confirmarse que el objetivo del frustrado atentado era una furgoneta de la Ertzaintza, sería la primera vez que ETA intenta atac...

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Medio centenar de viviendas y una veintena de automóviles resultaron dañados en la madrugada de ayer en Rentería (Guipúzcoa) por la explosión controlada de cinco de los 35 kilos de amosal contenidos en un coche bomba abandonado por ETA. Expertos pociales calculan que la potencia del artefacto, estimado presumiblemente a la Ertzaintza, era 20 veces superior a la que resultó de la explosión controlada que a las 2.50 de ayer estremeció a miles de vecinos de Rentería. De confirmarse que el objetivo del frustrado atentado era una furgoneta de la Ertzaintza, sería la primera vez que ETA intenta atacar a este cuerpo policial con un coche bomba. Éste se hallaba aparcado en una calle próxima a la comisaría.

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Bajo una lluvia persistente, 140 vecinos de la calle de Miguel Alduncín, próxima a la comisaría de la Ertzaintza, fueron desalojados ordenadamente a media noche ante la amenaza que suponía el coche bomba, un Fiat Tipo blanco con la matrícula doblada [igual a la de un coche de las misma marca y modelo] que fue robado en Orio durante la noche del jueves al viernes pasados.La mayoría de los vecinos evacuados pasó la noche en blanco, en el Ayuntamiento de Rentería y en un hotel. El resto encontró cobijo en casas de familiares y amigos. Las ambulancias trasladaron a personas impedidas y a recién operados, y los niños fueron sacados de sus camas precipitadamente. No hubo pánico, pero sí nervios, y una soterrada indignación que volvió a aflorar ayer, cuando, tras obtener autorización de la Ertzaintza, los vecinos regresaron a sus casas y comprobaron los destrozos. Onda expansiva

"Esos cabrones deberían haberse quedado aquí a ver cómo explotaba su bomba", comentó un joven, mientras buena parte de los damnificados se aplicaban silenciosamente a la tarea de extraer cristales rotos de los desencajados marcos de las ventanas. Persianas y contraventanas arrancadas por la onda expansiva, tabiques agujereados por el tremendo impacto, paredes desmochadas, puertas metálicas moldeadas caprichosamente por una fuerza descomunal. La explosión de los cinco kilos de amosal provocada por los cebos de la Ertzairitza cuando los artificieros ya habían retirado la mayor parte de la carga tuvo el efecto de un disparo de cañón que lamió las humildes casas de la zona alta de Rentería. La propietaria de un caserío de Ergobia, población situada a unos ocho kilómetros, dijo que oyó claramente la detonación y supo enseguida que se trataba de una bomba.

Aunque los destrozos son cuantiosos y no hay gas en la calle de Miguel Alducín porque las conducciones están dañadas en distintos puntos, la catástrofe sobrevoló Rentería. Según la Ertzaintza, la configuración del lugar -una calle estrecha- y las características del artefacto habrían provocado seguramente el derrumbre de alguno de los edificios y numerosas víctimas. Telemando

La bomba estaba dispuesta en una olla de aluminio, fijada en el maletero del vehículo con tacos de madera y estibada por detrás con un saco de tierra para hacer que la onda expansiva se dirigiera hacia el punto deseado. El artefacto contenía unos 30 kilos de amosal y 10 de tornillería destinados a actuar como metralla. El centro de la olla estaba ocupado por un cilindro metálico que contenía a su vez cinco kilos del mismo explosivo y tres detonadores. Fue ese cilindro, con su carga, lo que explotó ayer cuando los artificieros trataban de desmontarlo tras haber neutralizado el resto del artefacto.

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La bomba estaba dispuesta para ser activada a distancia mediante un telemando al paso de un objetivo no determinado, pero que pudiera ser cualquiera de las patrullas de la Ertzaintza que acostumbran a girar en una plaza circular situada al final de la calle, a unas decenas de metros de donde estaba el coche bomba.

Otra de las hipótesis apunta, a que el destino del potente artefacto pudiera ser la propia comisaría de la Ertzaintza en Rentería, aunque que no hay datos que avalen estas conjeturas.

Por causas todavía no determinadas, los terroristas tuvieron que desistir de su propósito de provocar una matanza. El aviso de la existencia de un coche bomba fue transmitido en nombre de ETA a Radio Egin y a la asociación DYA en sendas llamadas telefónicas realizadas a las 21.30 de la noche del lunes. . Una hora después, la Ertzaintza confirmó la presencia en esa calle del vehículo descrito por los terroristas y descartó otro de características idénticas, propiedad de un vecino de la zona. Los agentes pidieron a los vecinos del barrio que bajaran las persianas y que se colocaran en el extremo opuesto de las ventanas. El Ayuntamiento de Rentería aprobó ayer una moción, a la que no se sumó HB, de condena del atentado.

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