La Academia Europea busca encontrar un estilo propio ante el siglo XXI

Deseos renovadores tras dos días de debate

El encuentro internacional de la Academia Europea de Ciencias y Artes (AECYA), que tuvo lugar los pasados dos días en Madrid, concluyó ayer con un acto presidido por el Rey. A lo largo de las conferencias y debates quedó en evidencia la voluntad enérgica de los participantes de renovar las funciones de la Academia, convirtiéndola en foro interdisciplinario, así como el deseo de estrechar sus lazos con los intereses de la sociedad. José Ángel Sánchez Asiaín, legado para España de la AECYA, habló de la necesidad de reinventar el papel de "las academias, después de las academias".

El tono ...

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El encuentro internacional de la Academia Europea de Ciencias y Artes (AECYA), que tuvo lugar los pasados dos días en Madrid, concluyó ayer con un acto presidido por el Rey. A lo largo de las conferencias y debates quedó en evidencia la voluntad enérgica de los participantes de renovar las funciones de la Academia, convirtiéndola en foro interdisciplinario, así como el deseo de estrechar sus lazos con los intereses de la sociedad. José Ángel Sánchez Asiaín, legado para España de la AECYA, habló de la necesidad de reinventar el papel de "las academias, después de las academias".

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El tono general del encuentro fue a la vez crítico y esperanzador. Crítico tanto con la situación de las academias en la sociedad (Sánchez Asiaín citó a Fontanelle, quien decía que las academias eran "un dulce lecho donde el ingenio duerme") como con una sociedad en la que las ciencias se han deshumanizado. Esperanzador porque todos mostraron su entusiasmo en la búsqueda de nuevas actitudes para las academias, a partir "de un nuevo lenguaje mental, abierto a nuevas fronteras y estilos de pensamiento y de comportamiento", según propuso Sánchez Asiaín. "Nuevos estilos, que sean capaces de hacer frente con ventaja, por ejemplo, a los problemas de la inadecuada gestión de la violencia, o de debilitar la gestión prioritaria de la soberbia y del poder, o de elaborar una bioética y una ética económica más adecuadas a la naturaleza trascendente del hombre".El alemán Felix Unger, presidente de la Academia, se refirió en su discurso a "la sobrevaloración de lo puramente utilitario". "En la sociedad actual ya no se tolera lo que . es exclusivamente racional y mensurable", dijo Unger. "Una de las obligaciones ineludibles de las academias consiste en volver a crear una relación compleja entre el individuo y lo espiritual".

El encuentro, patrocinado por las fundaciones BBV y Ramón Areces, fue clausurado por el rey Juan Carlos, que quiso mostrar su apoyo a esta actitud renovadora. "No constituyen las academias una mera reminiscencia de pasado o un apacible lugar de reposo y reconocimiento para biografías brillantes", dijo. "Al contrario, les corresponde acometer con denuedo ese reto de coherencia y unidad del saber y del obrar humanos". Le acompañaron en el acto la ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre; el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón; el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, y el ministro de Defensa Eduardo Serra.

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