Crítica:JAZZ

Despedida sin adiós

Dicta la tradición de Nueva Orleans que los oficios fúnebres deben empezar en llanto y acabar en alborozo, pero el concierto homenaje al organista Lou Bennett, fallecido el 10 de febrero, se fue directamente a la segunda: una transgresión del protocolo plenamente jazzística. Los veteranos pusieron el nudo en la garganta recordando los dos últimos temas que interpretaron junto al maestro, Days of wine and roses y Willow weep for me, pero el resto discurrió por cauces festivos, como si la concurrencia estuviese viendo ya a Lou feliz entre sus colegas de la gigantesca ...

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Dicta la tradición de Nueva Orleans que los oficios fúnebres deben empezar en llanto y acabar en alborozo, pero el concierto homenaje al organista Lou Bennett, fallecido el 10 de febrero, se fue directamente a la segunda: una transgresión del protocolo plenamente jazzística. Los veteranos pusieron el nudo en la garganta recordando los dos últimos temas que interpretaron junto al maestro, Days of wine and roses y Willow weep for me, pero el resto discurrió por cauces festivos, como si la concurrencia estuviese viendo ya a Lou feliz entre sus colegas de la gigantesca big band celestial.Abdu Salim, VIady Bas y Jorge Pardo (saxos, flauta y clarinete) llenaron la sala de genuino aliento jazzístico, mientras Richie Ferrer y Miguel Ángel Chastang (contrabajo) y Santiago Reyes, Cherna Saiz y Ximo Tebar (guitarra) hicieron vibrar las cuerdas con júbilo terrenal. Carlos Carli y Carlos González (batería) y Fabio Miano y Mariano Díaz (piano) sacaron todo el provecho al talante flexible de la celebración. Hasta el irreprimible Juanjo González reapareció para conjurar su emoción a golpe de coraje.

Concierto homenaje a Lou Bennett

CMU San Juan Evangelista. Madrid, 11 de abril

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