Dos caras tuvo la fiesta
Dos fueron las caras de esta noche, las dos de alto grado flamenco. Más jonda la de Chano, quien aun en temas tan triviales como los tanguillos de las viejas ricas sabe darles un sentido que trasciende lo puramente festivo.Chano es siempre una fiesta. Esta noche se centró en los cantes festeros, en los que es un primer espada sin posibles competidores. Aún así, para su propia satisfacción no dejó de hacer unas letras por soleares y otras por malgueñas. Pidió casi disculpas por hacerlas, porque Chano es un alma de dios que tiene estas cosas, y las cantó como los ángeles, con jondura y con grand...
Dos fueron las caras de esta noche, las dos de alto grado flamenco. Más jonda la de Chano, quien aun en temas tan triviales como los tanguillos de las viejas ricas sabe darles un sentido que trasciende lo puramente festivo.Chano es siempre una fiesta. Esta noche se centró en los cantes festeros, en los que es un primer espada sin posibles competidores. Aún así, para su propia satisfacción no dejó de hacer unas letras por soleares y otras por malgueñas. Pidió casi disculpas por hacerlas, porque Chano es un alma de dios que tiene estas cosas, y las cantó como los ángeles, con jondura y con grandeza ejemplares.
La cara de la fiesta que Aurora Vargas sabe dar es la de las flamenconas al viejo estilo. Una belleza sana y un entregarse a las bulerías con plena convicción en lo que hace. Cante y baile se hermanan de manera natural. Aurora Vargas tiene una voz ligeramente velada, pero de un bellísimo rajo flamenco. Y cuando se entrega al baile lo hace sin buscar refinamientos pero con la verdad por delante. Ahora, además, lleva como acompañante a Niño de Pura, un guitarrista excelente aunque en exceso efectista.
Cumbre Flamenca
Cante: Chano Lobato y Aurora Vargas. Toque: Chano Ramírez y Niño de Pura. Murcia. Auditorio de la CAM, 13 de marzo.