La exaltación del baile
Antonio Canales sigue su baile. Que enloquece al público, esto es incuestionable. Cuando aprieta sus zapateados hasta lo imposible la audiencia se queda en suspenso y contiene la respiración. En ese frenesí el bailaor llega con frecuencia a un estado de exaltación que lo mantiene como fuera de sí, embriagado por su danza. Viene a ser un trance ingobernable quizás para el propio bailaor: ¿El duende del baile?En cualquier caso, un baile tremendo de fuerza, que ciertamente nadie que no sea un acabado atleta podría llevar a buen fin. Lo de Canales es un verdadero alarde de facultades físicas, de e...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Antonio Canales sigue su baile. Que enloquece al público, esto es incuestionable. Cuando aprieta sus zapateados hasta lo imposible la audiencia se queda en suspenso y contiene la respiración. En ese frenesí el bailaor llega con frecuencia a un estado de exaltación que lo mantiene como fuera de sí, embriagado por su danza. Viene a ser un trance ingobernable quizás para el propio bailaor: ¿El duende del baile?En cualquier caso, un baile tremendo de fuerza, que ciertamente nadie que no sea un acabado atleta podría llevar a buen fin. Lo de Canales es un verdadero alarde de facultades físicas, de energía y agresividad. Si lo serenara quizás se diera cuenta -él debe saberlo ya- de que hay una mayor, posibilidad de orden y belleza. Se pasa en muchas cosas: en los arrebatos casi epilépticos, en invertir los términos de la música y el baile, haciendo de aquélla casi mera ilustración y subrayado de éste. Y se pasa en tics y en cosas tan extrañas como salir a escena peinándose con un cepillo que luego sujeta rabiosamente con los dientes mientras sigue bailando: ¿acaso su aportación al baile, un nuevo estilo titulado bulerías del cepillo de pelo?
V Festival Flamenco Caja de Madrid: cuerdas y tacón
Guitarra en concierto: Tomatito. Baile: Antonio Canales. Madrid, Teatro Albéniz, 4 de marzo.
Tomatito, en su parte, no estuvo precisamente brillante. Tuvo problemas con la afinación de la guitarra y ello parece que le restó inspiración.